Aunque el uso de sustancias tóxicas está documentado con anterioridad, nunca antes se habían encontrado vestigios de los muertos
En el año 250, el Imperio persa sasánida intentaba tomar la ciudad de Dura-Europos, entonces una base militar romana fortificada con muros de varios metros de espesor. Los persas hicieron un túnel por debajo de las paredes para hacerlos caer y los defensores romanos cavaron su propio túnel para intentar encontrarse cara a cara con sus enemigos e interceptarlos. El arqueólogo francés Robert du Mesnil du Buisson excavó la zona en los años 30 y encontró 19 cuerpos apilados de soldados romanos y el de un persa. El investigador creyó que habían muerto en un combate cuerpo a cuerpo. También encontró cristales de azufre y betún, lo que sugiere que los persas habían hecho un fuego.
Sin embargo, un grupo de arqueólogos no está de acuerdo con esta explicación. Simon James, historiador de la Universidad de Leicester (Inglaterra), explica a LiveScience que los túneles eran demasiado estrechos como para que los soldados pudieran luchar en ellos y la posición de sus cuerpos no indica que fueran quemados vivos. Debía de haber otra explicación.
Ácido en los pulmones
La guerra química ya se conocía en el tiempo de los persas, incluso los griegos la utilizaron contra los romanos en el año 189 a.C., así que no es extraño que se empleara en Dura-Europos. Los persas encendieron deliberadamente un gran fuego en el túnel al que arrojaron azufre y alquitrán.Los romanos se asfixiaron con el gas, convertido en ácido sulfúrico en sus pulmones. James incluso cree que, después, sus cuerpos fueron arrastrados por los persas y apilados en un montón. Ni siquiera tuvieron tiempo para saquear los cadáveres. Las monedas, armas y armaduras quedaron intactas.
Los investigadores creen que este descubrimiento, además de cambiar lo que sabíamos de este capítulo de la historia, demuestra las sofisticadas capacidades bélicas de los persas.
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