jueves, 27 de enero de 2011

Un desgobierno a la deriva y sin un líder claro

Zapatero embustero

TAN SÓLO 48 horas después de la declaración de Zapatero a Veo7 en la que afirmaba que no está dispuesto a tirar la toalla, un alto cargo del PSOE filtró ayer que Rubalcaba será el candidato del partido en las próximas elecciones generales. «No hay ninguna duda», señaló. Según sus revelaciones, Zapatero anunciará que no se presenta en septiembre y, un mes después, se celebrará un congreso del PSOE en el que Rubalcaba sería elegido como paladín del partido para enfrentarse a Mariano Rajoy en marzo de 2012.

Es obvio que filtraciones como éstas rompen la estrategia de calculada ambigüedad de Zapatero, que desde hace tiempo mantiene abierta la incógnita sobre si finalmente será el candidato.

Ello podría tener diversas interpretaciones, pero no es descabellado pensar que hay quienes están actuando de espaldas al presidente con el propósito de crear una dinámica de hechos consumados.

No sería extraño en este contexto que hubieran surgido ya las primeras fricciones entre Rubalcaba y Zapatero, que podría estar molesto por el creciente protagonismo de su vicepresidente y ministro de Interior, que ayer respondió a todas las preguntas de la oposición en el Congreso y cosechó los aplausos de la bancada socialista.

Ello formaría parte de «las humillaciones» que está sufriendo Zapatero a las que se refirió recientemente Mariano Rajoy, aunque es justo reconocer que el propio presidente estimuló esa dinámica al revelar en las pasadas Navidades que ya había tomado una decisión sin precisar en qué sentido.

Zapatero embustero

Lo cierto es que, cada día que pasa, queda más claro ante la opinión pública que quien manda es un Rubalcaba que actúa según le conviene, lo cual no contribuye precisamente a reforzar la confianza en un Gobierno que necesita tomar decisiones de gran relieve para combatir la crisis económica.

La situación no parece sostenible y menos aún teniendo en cuenta la agresiva e insultante actitud de Rubalcaba respecto al PP que dificulta cualquier pacto sobre las pensiones o la crisis en general. A una pregunta del diputado Gil Lázaro sobre el caso Faisán, el ministro de Interior sólo tuvo la ocurrencia de responder que el PP está molesto por los éxitos del Gobierno en la lucha antiterrorista. Tal insinuación es sencillamente infame.

Es el mismo talante que lleva exhibiendo desde hace más de nueve meses al denegar una y otra vez a las víctimas del 11-M el protocolo de actuación de los Tedax, en una clara acción de obstaculización de la Justicia. Ayer mismo, Esteban González Pons prometió que si el PP gana las elecciones entregará a los jueces toda la documentación que soliciten sobre el 11-M, subrayando el deber de «buscar la verdad última».

En el mismo sentido, Javier Arenas expresó anteanoche en Veo7 el compromiso de «intensificar las pesquisas» y de «levantar todos los obstáculos» cuando gobierne el PP, algo que las víctimas vienen pidiendo desde hace mucho tiempo.

Además de por su desprecio por el Estado de Derecho, Rubalcaba se ha caracterizado por su enconada política de confrontación con el PP. Su promoción ha sido un grave error de Zapatero, que ha cedido demasiado poder a un político al que le sobra la ambición. Es probable que ya se esté empezando a arrepentir de esta insostenible bicefalia que acentúa la impresión de que este Gobierno va a la deriva.

epsimo y EL MUNDO_____________________________

se da POR HECHO QUE EL CANDIDATO SERÁ RUBALCABA
Chaves ya habla en pasado de Zapatero: preferiría que "hubiera seguido"

Y Patxi López ve a Rubalcaba como un extraordinario cabeza de cartel

Risas en vez de responsabilidades

El Faisán y Rubalcaba
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