El Supremo confirma la aplicación de la «doctrina Parot» para evitar su excarcelación el próximo mes de mayo
_____________________________Vencedores y ¿vencidos?
.- Si está leyendo estas líneas es porque seguramente ya sea mayorcito para saber distinguiir. Para saber que una manifestación en homenaje a los "presos políticos vascos" se trata en realidad de un acto en apoyo y enaltecimiento de 700 terroristas, militantes de una banda criminal que ha matado a más de 800 personas a lo largo de 50 años. Protestaban contra la dispersión de los presos etarras, repartidos en cárceles de toda España y Francia. Piden su traslado al País Vasco y Navarra y posteriormente una amnistía que los saque a todos a la calle. "Sin amnistía no habrá paz", amenazaban los manifestantes.
La política penitenciaria de los sucesivos gobiernos de España desde hace 20 años no atienden a razones caprichosas, sino a cuestiones de seguridad. La experiencia demuestra que la reagrupación de los presos en un mismo penal facilita la comunicación, organización y retroalimentación entre los asesinos de manera inversamente proporcional al arrepentimiento, la reinserción y el final del terrorismo. Es decir, la dispersión es un paso más en el objetivo de evitar más muertes de inocentes y la ruptura del colectivo, algo que se está logrando, por cierto. ¿Que las familias de estos presos tienen que recorrer largas distancias para visitarlos en prisión?, que pregunten a los allegados de sus víctimas si es más cómodo tener que hacer la visita en un cementerio.
Lo peor es que la marcha celebrada en Bilbao, cada manifestación de Batasuna y su entorno encierran un objetivo claro. Se trata de una burda campaña de legitimación del terrorismo etarra para algún día poder volver a las instituciones sin la necesidad de haber pedido perdón por nada. Hoy Batasuna habla, actúa, pacta y negocia como un partido más y por ello pide su legalización. Pero en la práctica nada ha cambiado. El comunicado de ETA anunciando una tregua se esperaba para antes de la marcha de Bilbao. No llegó. En lugar de eso se suceden los movimientos de la banda en Francia. En sus textos y declaraciones, la izquierda abertzale insiste en la autodeteminación y la independencia como objetivos irrenunciables, exigen amnistías, reivindican la fórmula de las dos mesas de Anoeta del 2004 que ETA sepultó en la T4, instan al Gobierno a una nueva negociación y a desobedecer a Estrasburgo pisoteando la Ley de Partidos. ¿Y ellos qué han hecho?
De momento sólo han puesto cara de buenos y han pedido gestos a ETA (en Bilbao ni eso) sin que, hasta ahora, los pistoleros les hayan hecho ni puñetero caso. De producirse hoy el tan anunciado comunicado, llegaría con 11 meses de retraso desde la declaración de Bruselas. La actitud de Batasuna es como la de ese jugador de ajedrez que pide tablas al rival porque sabe que va a perder y luego encima tiene la cara de presumir que si hubise seguido la partida hubiese ganado. Eso es sencillamente mentira. No es Batasuna sino la debilidad de ETA fruto de la acción policial la que nos ha llevado hasta aqui. Por eso esta partida no puede acabar en empate. No sería ni justo, ni ético después de tanto sufrimiento.
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