Mercedes Gallizo ha realizado esta valoración a los periodistas tras intervenir en la apertura de las V Jornadas Delito y Sociedad, organizadas por el Instituto Asturiano de Salud Pública "Adolfo Posada", que tratan sobre la salud metal en el sistema penitenciario
Mercedes Gallizo ha realizado esta valoración a los periodistas tras intervenir en la apertura de las V Jornadas Delito y Sociedad, organizadas por el Instituto Asturiano de Salud Pública "Adolfo Posada", que tratan sobre la salud metal en el sistema penitenciario.
Ha destacado que la unidad terapéutica de la prisión asturiana tiene un componente "muy intenso" de trabajo para el tratamiento de los internos que padecen drogadicción, con la búsqueda de la recuperación personal y la atención psicológica.
En este sentido, Gallizo ha lamentado que los centros penitenciarios se hayan convertido en un "recurso asistencial" porque no son lugares destinados a la recuperación de la salud sino un sitio "de cumplimiento de condena y de trabajo para la reinserción y la reeducación".
Gallizo ha explicado que la "reflexión" que llevó a cerrar los psiquiátricos en los años 80 en este ámbito no fue acompañada de medidas que apoyasen el tratamiento de estas personas en comunidad.
Así, ha valorado la necesidad de centros de atención para personas con especiales dificultades de convivencia, de media o larga estancia, y ha apostado por la adopción de políticas preventivas que eviten que los trastornos mentales deriven en acciones delictivas.
A su juicio, la prisión es el único recurso disponible que combina el "tratamiento" y la "seguridad", situación que ha calificado como un "drama humano" y una "equivocación terapéutica".
La responsable de Instituciones Penitenciarias ha comentado que se está desarrollando en las prisiones un plan de atención a reclusos con enfermedades mentales, que pasa por formación de los técnicos y la puesta en marcha de actuaciones que permitan mejorar la estancia de estas personas en prisión y evitar así su conflictividad en la cárcel.
Según cifras de un estudio realizado en 2007, aproximadamente el 25 por ciento de los reclusos tienen alguna patología psiquiátrica, siendo el 4 por ciento de ellas grave.
El fiscal superior de Asturias, Gerardo Herrero, ha comentado que la memoria de 2010 refleja que, en el caso de Asturias, el 34 por ciento de los reclusos ha recibido algún tipo de atención psiquiátrica.
Ante la visita de la secretaria general de instituciones penitenciarias, representantes de las secciones sindicales de CSIF y otros del centro penitenciario de Villabona se han concentrado para denunciar unas condiciones de la prisión que "empeoran día a día".
En palabras del delegado sindical de CSIF en Villabona, Manuel Freire, el objetivo es denunciar, entre otras cuestiones, que el número de internos por funcionario sube "exponencialmente", y se sitúa en 86 reclusos por cada trabajador.
Freire ha explicado que se están abriendo prisiones nuevas sin una oferta pública de empleo "razonable" para cubrir dichas plazas, por lo que se esos puestos "se detraen de las que están en funcionamiento".
También ha advertido de que fruto de la "masificación" de internos, un 40 por ciento más que en 2000, está aumentando la inseguridad y las agresiones a funcionarios.
El delegado sindical ha denunciado que la media de edad de los trabajadores ronda los 50 años por lo que la plantilla "tiene que modernizarse y rejuvenecerse y para eso hace falta que entre nueva gente".
Mercedes Gallizo ha destacado que las plantillas de personal en la institución penitenciaria se han incrementado un 27 por ciento en los últimos seis años, con unos 5.747 nuevos funcionarios.
En el caso de la prisión de Villabona ha dicho que la situación ha mejorado pues hay menos internos y más funcionarios que hace uno o dos años.
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