domingo, 10 de octubre de 2010

Rajoy, Zapatero y su delfín en Debates en Libertad

Las primarias no resucitan al PSOE en Madrid

Zapatero embustero

LA PRINCIPAL conclusión que cabe extraer de la encuesta de intención de voto en la Comunidad de Madrid que publicamos hoy es que, o bien no existe el llamado efecto Tomás Gómez, o bien se queda corto para compensar el descrédito del PSOE entre los madrileños. Si hoy hubiera elecciones autonómicas Aguirre volvería a ganar con una ventaja más holgada que la conseguida en 2007, y con hasta 12 escaños sobre la mayoría absoluta. En cambio, Tomás Gómez lograría menos de los que obtuvo Rafael Simancas, al acaparar una intención de voto 3,7 puntos menor.

El resultado del sondeo es dramático para el PSOE, pues ha sido realizado en el momento de máxima popularidad de Tomás Gómez, inmediatamente después de su triunfo sobre Trinidad Jiménez. Además, el estudio revela que los socialistas son incapaces de arañar siquiera votos a una IU de capa caída, que también desciende en intención de voto respecto a 2007.

Del análisis de la encuesta se deduce que las malas perspectivas del PSOE no son un problema de cartel electoral. De haberse impuesto el criterio de Zapatero y de Blanco de que Trinidad Jiménez fuera la candidata, los resultados no serían muy distintos. Ahora bien, hay un dato negativo para Tomás Gómez. Entre quienes se declaran votantes socialistas, un 46% asegura que, de haber podido votar en las primarias, lo habría hecho por Gómez, por un 45,2% que dice que habría dado su apoyo a Trinidad Jiménez. Es lógico suponer que si, tras conocerse el resultado, hay empate, es porque una gran mayoría de simpatizantes socialistas prefería a la ministra.

Hay otros dos datos muy reveladores en la encuesta. El 58,3% del conjunto de los madrileños y hasta el 46,1% de los que votaron socialista consideran que el resultado de las primarias ha sido un voto de castigo contra Zapatero. Y lo que es más significativo aún: el presidente del Gobierno tiene una valoración muy baja (3,41 puntos sobre 10) y peor imagen que políticos tan marginales como Cayo Lara o Gregorio Gordo, de IU.

Zapatero embustero

Aunque los datos de esta encuesta se refieren exclusivamente a la Comunidad de Madrid, el nerviosismo que se vive en el PSOE indica que la preocupación por la crisis del partido es general y profunda. En ese sentido, José María Barreda se limitó ayer a rectificar a medias sus palabras del viernes en las que pedía un «cambio de rumbo». El presidente de Castilla-La Mancha admite ahora que es probable que no haya estado «acertado», pero no porque su diagnóstico sea equivocado, sino por «la utilización» que de sus palabras han hecho sus «adversarios». Es decir, Barreda se mantiene en su idea de que su partido camina hacia una «catástrofe electoral» y de que Zapatero no debería ser el candidato en 2012.

Precisamente la incertidumbre acerca de la continuidad del líder del PSOE contribuye a desestabilizar el partido, y cuanto más se proclama que Zapatero «es el único candidato posible» -como han hecho De la Vega o Trinidad Jiménez- más recelos provoca su silencio. Ayer, cuando preguntaron a Blanco si Zapatero volverá a presentarse a la reelección, el número dos de los socialistas se limitó a responder: «Ya se verá cuando llegue el momento». Hasta entonces, el PSOE va a estar en un ay. Y a la vista de la situación, seguramente también después.


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