EL DE AYER fue un día de imágenes, declaraciones, gestos y símbolos que anticipan los derroteros por los que va a caminar el nuevo Gobierno. Como se puede ver en nuestra portada, el vicepresidente, ministro de Interior y portavoz posó delante de su retrato, realizado cuando era ministro del Gabinete de González hace más de 15 años. Todo un signo que vincula a ese último Gobierno felipista con el actual.
Ese vínculo fue subrayado por el propio Felipe González, que lanzó un elogio envenenado al presidente al admitir que los cambios le recuerdan su etapa en el poder. «Estamos viendo al mejor Zapatero», dijo. «Ha sabido medir bien los tiempos y ha puesto a gente potente», recalcó.
Hace poco tiempo esas alabanzas de González hubieran sido impensables. Pero Zapatero se ha acercado al felipismo con los cambios realizados en su Gobierno y, especialmente, con la promoción de Rubalcaba, el mantenimiento de Chaves y el nombramiento de Jáuregui. ¿Dónde están las figuras de su propia generación? Ello supone una renuncia implícita al proyecto con el que ganó las elecciones en 2004 y un giro de su estrategia en lo que respecta a los 18 meses que le restan de legislatura.
Todo indica que Zapatero ha cambiado de prioridades y considera ahora mucho más importante la lucha contra el PP y sus adversarios políticos que contra la crisis económica. Las declaraciones de ayer de Valeriano Gómez, el nuevo ministro de Trabajo, no pudieron ser más expresivas cuando afirmó que no se siente «globalmente incómodo» con la reforma laboral, lo que da idea del entusiasmo con el que este sindicalista de UGT va a apoyar la política económica que motivó la huelga general.
Lo que ha hecho el presidente es abdicar de sus responsabilidades ante el conjunto de los españoles para poner en marcha una maquinaria de guerra contra el PP para intentar ganar las elecciones como sea. Eso explica la euforia reinante en el PSOE y la preocupación en el PP, expresada por los comentarios de Arenas y Cospedal, que piensan que este Gobierno «es mejor» que el anterior. No lo es para solucionar los problemas de los ciudadanos, pero sin duda lo es para los intereses partidistas del PSOE.
Si Zapatero tiene ahora como prioridad que Rubalcaba lidere la oposición a la oposición, corre el grave riesgo de arrastrar también la política antiterrorista, que puede pasar de ser un asunto de Estado a una operación de partido que compense el fiasco de la situación económica. Eso es lo que empiezan a percibir con nitidez los dos principales sindicatos policiales, el SUP y la CEP, que ayer denunciaron que Zapatero quiere «tender la mano» y «abrir la puerta» a Batasuna.
Los dos sindicatos resaltaron que las últimas declaraciones del presidente, en las que afirmó que los gestos de Batasuna «no van a ser en balde», sugieren que el Gobierno está embarcado en una operación para explotar «electoralmente» el final de ETA. Rajoy realizó un análisis similar anteayer.
Las palabras de Zapatero resultan especialmente inquietantes en unos momentos en los que el Estado estaba ganando la batalla a ETA y su entorno político, muy debilitados por las detenciones policiales y el consenso entre PSOE y PP. Zapatero ha dado oxígeno a Batasuna, que sin duda se ha dado cuenta de que puede obtener buenos réditos en un proceso de negociación sobre el trasfondo de una nueva tregua de la banda terrorista.
Rubalcaba va a ser el hombre clave de Zapatero en este proceso en el que, sin duda, contará con el respaldo del PNV. Por todo ello, la crisis de Gobierno va mucho más allá del baile de nombres: supone una nueva política en la que las prioridades de Estado se diluyen para dar paso a una confrontación a cara de perro con el PP y los sectores sociales que le apoyan. Ya veremos hasta dónde llegará la marea.
No admite su «aplicación indiscriminada»
Ese vínculo fue subrayado por el propio Felipe González, que lanzó un elogio envenenado al presidente al admitir que los cambios le recuerdan su etapa en el poder. «Estamos viendo al mejor Zapatero», dijo. «Ha sabido medir bien los tiempos y ha puesto a gente potente», recalcó.
Hace poco tiempo esas alabanzas de González hubieran sido impensables. Pero Zapatero se ha acercado al felipismo con los cambios realizados en su Gobierno y, especialmente, con la promoción de Rubalcaba, el mantenimiento de Chaves y el nombramiento de Jáuregui. ¿Dónde están las figuras de su propia generación? Ello supone una renuncia implícita al proyecto con el que ganó las elecciones en 2004 y un giro de su estrategia en lo que respecta a los 18 meses que le restan de legislatura.
Todo indica que Zapatero ha cambiado de prioridades y considera ahora mucho más importante la lucha contra el PP y sus adversarios políticos que contra la crisis económica. Las declaraciones de ayer de Valeriano Gómez, el nuevo ministro de Trabajo, no pudieron ser más expresivas cuando afirmó que no se siente «globalmente incómodo» con la reforma laboral, lo que da idea del entusiasmo con el que este sindicalista de UGT va a apoyar la política económica que motivó la huelga general.
Lo que ha hecho el presidente es abdicar de sus responsabilidades ante el conjunto de los españoles para poner en marcha una maquinaria de guerra contra el PP para intentar ganar las elecciones como sea. Eso explica la euforia reinante en el PSOE y la preocupación en el PP, expresada por los comentarios de Arenas y Cospedal, que piensan que este Gobierno «es mejor» que el anterior. No lo es para solucionar los problemas de los ciudadanos, pero sin duda lo es para los intereses partidistas del PSOE.
Si Zapatero tiene ahora como prioridad que Rubalcaba lidere la oposición a la oposición, corre el grave riesgo de arrastrar también la política antiterrorista, que puede pasar de ser un asunto de Estado a una operación de partido que compense el fiasco de la situación económica. Eso es lo que empiezan a percibir con nitidez los dos principales sindicatos policiales, el SUP y la CEP, que ayer denunciaron que Zapatero quiere «tender la mano» y «abrir la puerta» a Batasuna.
Los dos sindicatos resaltaron que las últimas declaraciones del presidente, en las que afirmó que los gestos de Batasuna «no van a ser en balde», sugieren que el Gobierno está embarcado en una operación para explotar «electoralmente» el final de ETA. Rajoy realizó un análisis similar anteayer.
Las palabras de Zapatero resultan especialmente inquietantes en unos momentos en los que el Estado estaba ganando la batalla a ETA y su entorno político, muy debilitados por las detenciones policiales y el consenso entre PSOE y PP. Zapatero ha dado oxígeno a Batasuna, que sin duda se ha dado cuenta de que puede obtener buenos réditos en un proceso de negociación sobre el trasfondo de una nueva tregua de la banda terrorista.
Rubalcaba va a ser el hombre clave de Zapatero en este proceso en el que, sin duda, contará con el respaldo del PNV. Por todo ello, la crisis de Gobierno va mucho más allá del baile de nombres: supone una nueva política en la que las prioridades de Estado se diluyen para dar paso a una confrontación a cara de perro con el PP y los sectores sociales que le apoyan. Ya veremos hasta dónde llegará la marea.
No admite su «aplicación indiscriminada»
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Zapatero allana a Batasuna la vía para recuperar la legalidad
D.M./J.P. / madrid. Su alusión a que los «pasos» de la «izquierda abertzale» «no van a ser en balde» arranca el aplauso independentista y la crítica del PP
Argumenta en su auto que el etarra es "una persona distinta de la que entró en prisión y muestra un rechazo absoluto a la violencia".
D.M./J.P. / madrid. Su alusión a que los «pasos» de la «izquierda abertzale» «no van a ser en balde» arranca el aplauso independentista y la crítica del PP
El juez premia a 'Txelis' con salidas de prisión por su 'esfuerzo' por dejar ETA
JA,JA,JA,....JÁ. QUE DIGAN, LO NECESITAMOS LIBRE PARA UNA FUTURA NEGOCIACIÓN Y QUEDAN MEJOR.Argumenta en su auto que el etarra es "una persona distinta de la que entró en prisión y muestra un rechazo absoluto a la violencia".
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CON UN PRESUPUESTO MAYOR QUE EL ANUNCIADO
El Gobierno enmascara una ampliación de SITEL
El Ejecutivo de Zapatero y Rubalcaba generan más dudas sobre el sistema SITEL. Según La Razón, el oscurantismo envuelve a este mecanismo de vigilancia. El Gobierno adjudicó 200.000 euros para unas supuestas obras de reforma aunque la empresa contratada era una empresa de ingeniería informática de software
El Gobierno enmascara una ampliación de SITEL
El Ejecutivo de Zapatero y Rubalcaba generan más dudas sobre el sistema SITEL. Según La Razón, el oscurantismo envuelve a este mecanismo de vigilancia. El Gobierno adjudicó 200.000 euros para unas supuestas obras de reforma aunque la empresa contratada era una empresa de ingeniería informática de software
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ASÍ VEN DESDE FUERA AL Z+P Y A ESPAÑA POR SU CULPA
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La publicación 'pinta' de negro el futuro
The Economist, crítico con la gestión de Zapatero: "No pueden ir peor las cosas"
Un artículo de la revista The Economist centra su argumento en el final del presidente del Gobierno español tras la última remodelación. "¿Pueden irle peor las cosas al asediado presidente? problablemente no", sentencia la publicación.ASÍ VEN DESDE FUERA AL Z+P Y A ESPAÑA POR SU CULPA
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