domingo, 5 de septiembre de 2010

Trescientos sanguinarios viven escondidos en una veintena de países

La cúpula y la mayoría de la banda sigue en Francia. Portugal, Bélgica, Irlanda, Venezuela, México o Cuba son los refugios de los terroristas.

Alberto Lardiés. Madrid

El etarra Luis María Zengotitabengoa fue apresado quince días atrás en Ostende (Bélgica), cuando se disponía a trasladarse a Inglaterra. Una detención, a priori, sorprendente. No para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que saben de sobra que varios centenares de etarras, entre pistoleros exiliados y colaboradores, viven escondidos en una veintena de países.

De hecho, la mayoría de etarras residen en el extranjero, ya que Francia sigue siendo su principal santuario. Allí se encuentran al menos 100 pistoleros activos, entre la cúpula dirigente de la banda y los miembros de comandos. Capitanean la citada cúpula Alejandro Zobarán, Mikel Oroz, Iratxe Sorzábal e Izaskun Lesaka.

Las Fuerzas de Seguridad han detectado que algunos miembros de la banda asesina cada vez intentan alejarse más del sur de Francia, por miedo a ser arrestados. No les sirve. Por ejemplo, Ibon Gogeaeskoetxea, entonces número uno de la banda, y Beñat Aguinagalde, sanguinario pistolero, fueron detenidos en febrero en Normandía, al norte de Francia.

Pero los terroristas no sólo se mueven en suelo francés. Ni mucho menos. En los últimos años, Portugal se ha convertido en terreno frecuentado por ETA. Así lo decidió y ordenó Mikel Garikoitz Aspiazu, Txeroki, jefe militar de la banda criminal entre 2004 y 2008. Con esa medida, los etarras consiguieron diversificar su campo de operaciones, adentrándose en un país donde están menos vigilados. Al menos en tres ocasiones, etarras pasaron de Portugal a España para atentar en España y después se fugaron, volviendo sobre sus pasos, con mayor facilidad.

Como ya ha ido informando LA GACETA, los terroristas aún mantienen infraestructura en el país vecino. Los agentes portugueses buscan allí desde febrero a Oier Gómez Mielgo. Este individuo huyó de la casa hallada en Óbidos, cerca de Lisboa, repleta de kilos de explosivos. Se le ha perdido la pista y las fuentes consultadas aseguran que está en Portugal.

La huida de Gómez Mielgo se desencadenó después de que en enero la Guardia Civil interceptase una furgoneta cargada de armamento en Zamora, cerca de la frontera. Sus ocupantes fueron detenidos. Pero huyó junto a Gómez Mielgo otro etarra, Andoni Zengotitabengoa –hermano del citado–, que fue arrestado en marzo cuando, con un pasaporte mexicano falso, se disponía a marcharse a Venezuela.

Que un etarra que huye de Europa porte un pasaporte de México y que elija Venezuela como destino no son casualidades. Iberoamérica es el refugio principal de los etarras que deben o quieren quitarse de en medio. Durante años, ETA ha gozado de total impunidad en los países sudamericanos y también en México. No había acuerdos para extradiciones, las colonias de vascos allí presentes acogían a los gudaris fugados e, incluso, la banda asesina contaba con la simpatía de algunos regímenes. México, Venezuela y Cuba han sido los destinos principales.
Por número de etarras, el principal refugio durante años fue México. El caso de Cuba es aberrante. La dictadura de Fidel Castro simpatiza con ETA y no duda en dejar campar a sus anchas a etarras por la isla. Miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) conocen esta situación, pero poco pueden hacer para remediarla. En el caso venezolano, la situación cogió tintes entre nauseabundos y surrealistas cuando el terrorista Arturo Cubillas Fontán llegó a ocupar cargos de relevancia en el Gobierno bolivariano de Hugo Chávez.

Además, los etarras tienen como aliados a los terroristas de las FARC colombianas. ETA ha utilizado su presencia en Venezuela para colaborar con las FARC. Así, existe en siniestro triángulo entre Chávez, la banda asesina vasca y los guerrilleros colombianos. Esta situación, conocida en buena medida por los agentes de la lucha antiterrorista, fue puesta negra sobre blanco en marzo por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco.

Dicho juez acusó formalmente al Gobierno venezolano de “cooperar” con las FARC y ETA. Una acusación que generó un conflicto diplomático entre España y Venezuela finalmente cerrado en falso. En el auto que emitió, Velasco señalaba directamente al citado Cubillas y a José Ignacio Echarte Urbieta, José Ángel Urtiaga Martínez y José Miguel Arrugaeta San Emeterio –se cree que los tres están en Cuba–, a Ignacio Domínguez Achalandabaso y a José María Zaldúa Corta –se cree que están en México–. Además de los ya citados, Panamá es otro país donde históricamente se han refugiado bastantes etarras. Y lo mismo puede decirse, aunque en menor medida, de Argentina o Uruguay. El número de etarras en Iberoamérica es muy difícil de conocer. Pero, según las fuentes consultadas, no son menos de 150.

Volviendo a Europa, mención aparte merece el caso de Irlanda del Norte. Las conexiones entre el IRA y ETA, así como entre el Sinn Fein y Batasuna, vienen de antiguo. Ahora, el caso más flagrante es el del asesino múltiple José Ignacio de Juana Chaos. Este sujeto está reclamado por la Audiencia Nacional. Las fuentes consultadas apuntan que el Sinn Fein mantiene guarecido a De Juana en el Ulster.

El caso de Zengotitabengoa no es el único en Bélgica. Este país ha sido refugio o, al menos, lugar de paso habitual de etarras desde los años ochenta. Hoy, en Italia viven el dirigente etarra Josu Ternera y su hijo Egoitz, controlados por el CNI.

Askapena es el tentáculo de ETA que se ocupa de ayudar y controlar a todos estos etarras dispersos por el mundo. Su sueño: regresar a Euskal Herria cuando sea una nación.

  • Intereconomía

Zapatero ya sólo escucha a dos personas: Rubalcaba y Blanco. Son los que influyen sobre él; el segundo, además, tildado ya de hiperministro, se ha ganado la enemiga de todos sus colegas de Gobierno

El Gobierno paga a quienes le agreden.

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