Visité Ruanda en diciembre de 2007. Durante ocho días hablé con infinidad de personas que me contaron historias de horror sobre la represión desatada por el régimen de Kagame desde su subida al poder en 1994. Durante un recorrido de tres días por la zona de Ruhengeri, me mostraron lugares donde aldeas enteras fueron borradas del mapa en 1997 durante operaciones de contra-insurgencia. Tres cooperantes españoles de Médicos del Mundo que resultaron testigos incómodos durante esas masacres fueron asesinados a sangre fría, también por órdenes que vinieron muy de arriba.
Recojo a continuación algunas notas que tomé durante aquellos días y que dan testimonio de la catadura moral del invitado de la Moncloa.
“A mi regreso a Kigali hablé con dos personas con una historia similar. Los dos -un hombre y una mujer- formaban parte de los miles de sospechosos detenidos durante los años que siguieron al genocidio y que han languidecido en las cárceles del país. Los entrevisté por separado, con apenas una hora de diferencia. El encuentro con ambos me sumió en una profunda tristeza.
No tengo más remedio que llamarles “el hombre “y “la mujer”. De todos los países donde he estado, Ruanda es el lugar donde he tenido que extremar más las precauciones a la hora de entrevistar a personas de todo tipo (excepto las que cantaban las alabanzas del gobierno de Kagame), prometerlas hasta la saciedad que no mencionaría sus nombres ni ninguna circunstancia que pudiera identificarlos, y por supuesto abstenerme de sacarlas fotos desde cualquier ángulo.
El hombre pasó bastantes años en la cárcel. Fue detenido a las pocas semanas de tomar el poder el Frente Patriótico, en 1994. Si hubiera podido pagar los 200.000 francos (un euro equivale a 750 francos ruandeses) que le exigieron los que se ocupaban de su caso habría sido liberado mucho antes. ¿Su delito? Durante el genocidio, en una ocasión intentó llevar al hospital en su vehículo a un hombre Tutsi que había sido macheteado. Tuvo la mala suerte de toparse con una barrera controlada por los interahamwe, quienes le detuvieron y, a pesar de sus protestas, tras bajar a la fuerza al herido le remataron. Cuando llegó el Frente Patriótico unos vecinos le acusaron de colaborador y fue detenido. “Durante los primeros meses de confinamiento cada noche se llevaban a algunos de mis compañeros a los que nunca volvíamos a ver. Yo esperaba mi turno”, comenta con la amargura de quien aún no se ha repuesto de aquellos difíciles años.
…A mi regreso a Kigali me encontré con un hombre de unos 50 años que me pidió una y otra vez que no mencionara su nombre. Había quedado con él el día anterior. Los ruandeses, en general, son poco dados a expresar sus sentimientos en público, pero este hombre a punto estuvo de echarse a llorar durante las dos horas que duró nuestra conversación.
Despacio, muy despacio, con una pena inmensa, me contó cómo en julio de 1994 los soldados del Frente Patriótico, en su avance tras la conquista de Kigali, atacaron su aldea: “Agruparon a 150 de mis familiares y les dijeron que tenían que llevarlos a un lugar cercano por su propia seguridad. Al día siguiente al amanecer los mataron a todos: mis padres, hermanos, hermanas, sobrinos, cuñados... sólo quedó una persona para contarlo. Nunca hemos podido darles un entierro digno porque se negaron a decirnos dónde ocultaron sus cuerpos”. Con los ojos a punto de estallar en llanto me aseguró que no sentía ni odio ni rencor hacia nadie, pero que sólo quería saber dónde están para organizar un funeral por ellos.
No fue el único caso. Al día siguiente me reuní con otro hombre algo más joven. Durante el genocidio se encontraba en el Este del país. Allí presenció matanzas de miles de Hutus, más o menos por las mismas fechas, es decir, cuando llegaron las tropas del FPR. Le pregunté su opinión sobre si era posible una reconciliación en Ruanda. Tras encogerse de hombros, sentenció: “ Todos ansiamos la reconciliación, pero es muy difícil de conseguir cuando no podemos contar toda la verdad”.
ESTE GENOCIDA VISITARÁ ESPAÑA, MAÑANA 16-JULIO, INVITADO POR EL Z+P. ESTA ES UNA DE LAS POCAS AMISTADES QUE NOS QUEDAN EN EL EXTERIOR, GENOCIDAS, DICTADORES, SÁTRAPAS Y POCO MÁS.
España Grupo Impulsor de los Objetivos del Milenio de la ONU ...JA,JA,JA,,,JÁ,....
Clamor contra la entrevista de Zapatero y Kagame sobre Derechos Humanos
El presidente africano está imputado en nuestro país por crímenes de guerra, contra la humanidad y por genocidio.
QUE LO DETENGAN
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