Perros adiestrados combaten la entrada de droga en la cárcel de Villena

El primer rastreo permite localizar hachís en una de las taquillas utilizadas por los familiares

Perros adiestrados por la Guardia Civil en la detección de drogas, dinero y explosivos han comenzado a "peinar" la cárcel de Villena para evitar la entrada de objetos o sustancias prohibas al interior de la prisión. Con tal fin, agentes del Servicio Cinológico de la Comandancia de Alicante encargados de la utilización de los llamados perros policía se presentaron por sorpresa en el establecimiento penitenciario Alicante II en un dispositivo coordinado entre las direcciones de Instituciones Penitenciarias y Guardia Civil.
Los perros fueron conducidos al cuarto donde se depositan los paquetes que los internos reciben de sus familiares durante las comunicaciones autorizadas. Paquetes que son inspeccionados por los funcionarios y pasados por un moderno escáner antes de ser entregados en las celdas. El rastreo de los animales resultó infructuoso al igual que el llevado a cabo en los coches estacionados en el parking de visitas de la prisión.
No ocurrió sin embargo lo mismo en el lugar donde se encuentran las taquillas donde los visitantes deben dejar todos sus objetos personales -relojes, llaves, cadenas, móviles, dinero, bolígrafos- si quieren acceder al lugar donde se realizan las comunicaciones verbales a través de mampara de cristal.
En una de estas taquillas un perro localizó una "china" de hachís. Fue el único resultado positivo de una actuación que va a prolongarse en el tiempo y a ejecutarse de forma aleatoria y coordinada entre Prisiones y Guardia Civil. En cualquier caso, el protocolo será concretado en la reunión que el comité de seguridad de Alicante II ha fijado para la próxima semana.
Función disuasoria
El aspecto más relevante del operativo, según destacaban ayer las fuentes consultadas, ha sido su función preventiva y disuasoria. Prueba de ello es que algunos de los familiares y amigos de los reclusos decidieron marcharse voluntariamente del recinto sin haber realizado las visitas programadas.
La presencia de los perros policía pudo haber sido la causa. Un servicio que no se realizaba desde hacía al menos un año y que ofrece un alto porcentaje de eficacia frente al ingenio y los sofisticados métodos que suelen emplearse para introducir droga en la cárcel oculta en los dobladillos de la ropa, entre las hojas de los libros, en la pasta de dientes o en las dobles suelas del calzado, por poner un ejemplo.

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