viernes, 14 de mayo de 2010

EN SU DÍA DENUNCIAMOS AQUI, QUE EL LÁPIZ ÓPTICO SERÍA LA ESPADA DE DAMÓCLES PARA LOS FUNCIONARIOS DE PRISIONES

Los sindicatos consideran que supone un gasto enorme en tiempos de crisis, que no aporta nada y que hay otras necesidades

«Barbaridad», «gasto de dinero» y «caza al funcionario». Son tres respuestas que se producen al preguntar a los sindicatos de prisiones qué les parece el nuevo sistema de control electrónico de rondas nocturnas que se está instalando la cárcel de Picassent.
El dispositivo, tal y como adelantó ayer LAS PROVINCIAS, está compuesto de un lápiz óptico que se entregará al funcionario cuando comience su horario nocturno. Este, cada vez que recorra las galerías y zonas comunes, acercará el aparato a los puntos de control instalados en la dependencias. De esa forma, quedará constancia de que el trabajador efectivamente ha estado en ese lugar y a esa hora.
El sindicato no entiende las ventajas que aporta el sistema a la tradicional comprobación de las vigilancias mediante firmas. «Los funcionarios ya hacemos una ronda cada hora. A efectos prácticos, esto no supone nada nuevo», insisten.
Se desconoce la cantidad que cuesta la instalación de un sistema de este tipo, aunque el mantenimiento no parece, por el equipo y modo de trabajo, elevado. Para ...... se trata de «un montón de dinero» invertido en algo que no sirve «absolutamente para nada». Otro sindicato, el CSIF, asegura que la cantidad que supone la instalación es una «millonada».
Otro aspecto en el que coinciden las dos organizaciones es que el dispositivo sitúa «al funcionario bajo sospecha». Con la puesta en marcha de un sistema de este tipo «se duda de que el trabajador haga realmente las vigilancias». «Se pone en juego la profesionalidad», precisan.
Las rondas se efectúan cada hora en las áreas más sensibles de la prisión, como son los módulos de aislamiento, primeros grados y enfermería. De hecho, el sistema comenzará a funcionar en estas últimas dependencias, una zona con capacidad para unos 200 reclusos.
En otras áreas de la penitenciaría, donde el riesgo de problemas, en teoría, es menor, la vigilancia rutinaria se realiza cada 120 minutos. En ambos casos se controla con una firma. Y estos partes pasan posteriormente al jefe de servicio.
Ahora, los datos del lápiz óptico se descargarán en un ordenador, donde quedan almacenados todos los datos. Fuentes consultadas aclaran que lo que permite este sistema es precisamente «garantizar la seguridad» del funcionario. Por ejemplo, en el caso de que un problema -suicidio o reyerta entre presos- llegara a los tribunales se podría demostrar con certeza absoluta que ese funcionario hizo la ronda cuando correspondía y no tiene ninguna responsabilidad. En resumen, subrayan que el sistema supondrá una mejora de la seguridad en la prisión.
Los sindicatos no consideran este argumento motivo suficiente para la instalación del sistema. «Y menos en tiempos de crisis», apuntalan. «¿Por qué no se hacen otras obras en el centro como pueden ser la reparación de algunas alarmas antiincendio?».
Además, estos sindicatos critican directamente a la dirección de la prisión. La Secretaría General dio la orden a los centros para que instalaran el sistema hace ya más de un año. No obstante, «algunas prisiones lo han instalado y otras no». Picassent ha tomado la iniciativa. «Y habrá que preguntarse los motivos».
Este sistema de control es algo reciente en el ámbito carcelario. No obstante, existen varias compañías dedicadas a este tipo de negocio y muchas empresas ya disponen de dispositivos en sus instalaciones.
Las Provincias______________________

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