El director de Fontcalent asegura que las denuncias por malos tratos y abusos son «un caso puntual»
ABCALICANTE
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El director del centro Psiquiátrico de Fontcalent en Alicante, Demetrio Monterde, calificó hoy como un "caso puntual" las denuncias por malos tratos y abusos sexuales presentadas por dos internos contra un celador del centro, que se encuentra suspendido temporalmente de empleo y sueldo.
Las dos denuncias han derivado en dos causas que instruye el juzgado de instrucción número 5 de Alicante, cuyo titular ha solicitado al Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent documentación interna para comprobar si existían quejas previas sobre los hechos denunciados.
La primera de las causas fue denunciada hace unos tres meses ante Fiscalía, por unos presuntos malos tratos de este celador contra un interno, y la otra causa corresponde a la denuncia presentada hace un mes y medio por supuestos abusos sexuales a una interna, afectada por una enfermedad mental.
La segunda denuncia la realizó la reclusa a través del juez de vigilancia --que visita periódicamente los centros penitenciarios--. Así, cuando la interna aseguró haber sufrido abusos sexuales, el denunciado, un celador de la prisión de Fontcalent, ya se encontraba suspendido de empleo y sueldo por parte de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias como motivo de la primera causa abierta contra él.
El afectado llegó a presentar un recurso contra la suspensión de empleo y sueldo, medida que sin embargo fue ratificada por la Secretaría General hasta que se resuelva la investigación. Demetrio Monterde aseguró hoy a Europa Press que la dirección del centro no tenía "constancia de ninguna irregularidad" en torno al empleado ahora suspendido, ni había recibido ninguna queja anterior de empleados ni internos, y remarcó que los expedientes enviados al juez por las dos causas así lo recogen.
Así mismo, destacó la "profesionalidad" de los funcionarios y trabajadores de prisiones, cuya imagen se ve afectada por los casos de presuntas irregularidades como éste, y remarcó que esta situación es "algo puntual, individual y único".
Por su parte, Javier Tovar, funcionario de prisiones y presidente provincial del sindicato CSIF en Alicante --al que se encuentra afiliado el celador afectado--, defendió hoy la presunción de inocencia del trabajador.
A la espera de que concluyan las diligencias, en declaraciones a Europa Press, Tovar mostró su respeto por la investigación judicial, si bien expresó su confianza en que "si realmente hubiera habido algo, la dirección del centro lo habría sabido".
El presidente de CSIF recordó también que el celador, al que conoce personalmente desde hace más de 20 años, "no está acusado formalmente de nada", y el juzgado que investiga el caso "sólo le ha tomado declaración".
«Jura que no hay nada»
Tovar explicó que el trabajador suspendido, con el que mantuvo una reunión esta misma mañana, "jura que no hay nada", y "recuerda que el interno que le denunció por malos tratos era un paciente del área de 'agudos' --en el que se encuentran ingresados los presos alterados--, con el que tuvo que forcejear para impedir que se autolesionara".
Según el relato de los hechos realizado por el celador a su abogado, este interno protagonizó en la tarde del mismo día otra "trifulca grande" que obligó a otros trabajadores a reducirle de nuevo, "y al día siguiente denunció que le habían dado una paliza", explicó Javier Tovar.
Así mismo, la interna que semanas después denunció que había tenido relaciones sexuales hace dos años con el celador, en opinión del responsable provincial del CSIF, "aprovechó las circunstancias para hacer resurgir un tema" por presuntos abusos sexuales.
Hasta que se demuestre lo contrario, Javier Tovar reiteró su confianza en la buena labor del empleado, que en varias ocasiones a lo largo de los años "se ha jugado la vida para ayudar a los internos", señaló.
Las dos denuncias han derivado en dos causas que instruye el juzgado de instrucción número 5 de Alicante, cuyo titular ha solicitado al Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent documentación interna para comprobar si existían quejas previas sobre los hechos denunciados.
La primera de las causas fue denunciada hace unos tres meses ante Fiscalía, por unos presuntos malos tratos de este celador contra un interno, y la otra causa corresponde a la denuncia presentada hace un mes y medio por supuestos abusos sexuales a una interna, afectada por una enfermedad mental.
La segunda denuncia la realizó la reclusa a través del juez de vigilancia --que visita periódicamente los centros penitenciarios--. Así, cuando la interna aseguró haber sufrido abusos sexuales, el denunciado, un celador de la prisión de Fontcalent, ya se encontraba suspendido de empleo y sueldo por parte de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias como motivo de la primera causa abierta contra él.
El afectado llegó a presentar un recurso contra la suspensión de empleo y sueldo, medida que sin embargo fue ratificada por la Secretaría General hasta que se resuelva la investigación. Demetrio Monterde aseguró hoy a Europa Press que la dirección del centro no tenía "constancia de ninguna irregularidad" en torno al empleado ahora suspendido, ni había recibido ninguna queja anterior de empleados ni internos, y remarcó que los expedientes enviados al juez por las dos causas así lo recogen.
Así mismo, destacó la "profesionalidad" de los funcionarios y trabajadores de prisiones, cuya imagen se ve afectada por los casos de presuntas irregularidades como éste, y remarcó que esta situación es "algo puntual, individual y único".
Por su parte, Javier Tovar, funcionario de prisiones y presidente provincial del sindicato CSIF en Alicante --al que se encuentra afiliado el celador afectado--, defendió hoy la presunción de inocencia del trabajador.
A la espera de que concluyan las diligencias, en declaraciones a Europa Press, Tovar mostró su respeto por la investigación judicial, si bien expresó su confianza en que "si realmente hubiera habido algo, la dirección del centro lo habría sabido".
El presidente de CSIF recordó también que el celador, al que conoce personalmente desde hace más de 20 años, "no está acusado formalmente de nada", y el juzgado que investiga el caso "sólo le ha tomado declaración".
«Jura que no hay nada»
Tovar explicó que el trabajador suspendido, con el que mantuvo una reunión esta misma mañana, "jura que no hay nada", y "recuerda que el interno que le denunció por malos tratos era un paciente del área de 'agudos' --en el que se encuentran ingresados los presos alterados--, con el que tuvo que forcejear para impedir que se autolesionara".
Según el relato de los hechos realizado por el celador a su abogado, este interno protagonizó en la tarde del mismo día otra "trifulca grande" que obligó a otros trabajadores a reducirle de nuevo, "y al día siguiente denunció que le habían dado una paliza", explicó Javier Tovar.
Así mismo, la interna que semanas después denunció que había tenido relaciones sexuales hace dos años con el celador, en opinión del responsable provincial del CSIF, "aprovechó las circunstancias para hacer resurgir un tema" por presuntos abusos sexuales.
Hasta que se demuestre lo contrario, Javier Tovar reiteró su confianza en la buena labor del empleado, que en varias ocasiones a lo largo de los años "se ha jugado la vida para ayudar a los internos", señaló.
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