LA MASONERIA ADORA A SATANÁS
En
el siglo XIV, sale a la luz del día en Europa una organización que se
nutría en la Cábala. En contraste con el judaísmo, el cristianismo y el
Islam, no reconocía a Dios como el Creador del universo, del género
humano en particular. Construía conceptos sin considerar al
Todopoderoso.
Satanás y su organización, de la cual la masonería es
una rama, se esfuerzan por descarriar a la gente desde la época del
Profeta Adán (P) con distintos métodos y medios pero siempre a través
del mismo engaño: afirmando que Dios no existe y tratando de convencer
que todo es producto del caos, como lo sostiene el darwinismo. La
masonería, es decir, la estructura del anticristo, a la vez que se vale
de las peores artimañas para confundir a la humanidad, toma a la
naturaleza y a la casualidad como su dios, por lo que constituye una
religión herética al servicio del Maldito.
Madame Petrovna Blavatsky, fundadora del movimiento “New Age” y grado 32 de la Logia Masónica Francesa del Gran Oriente, dice al respecto:
“... Satanás es el dios de nuestro planeta y dios único…” (Por supuesto, Dios está más allá de semejante cosa)1.
El escritor masón Eliphas Levi dice, sin tapujos, que su líder es Baphomet, es decir, satanás:
"... El Lucifer (satanás) intelectual es el Espíritu Santo, en tanto
que el Lucifer físico es el gran agente del magnetismo universal”2. (Por
“magnetismo” se entiende las habilidades para atraer a la gente y
conseguir adeptos).
Es evidente que los masones actúan bajo el
control de satanás y le obedecen. En este culto reservado, el símbolo
más importante –“el ojo que todo lo ve” – es considerado “el ojo de
Lucifer”5. Este y otros símbolos masónicos apuntan siempre a lo mismo.
Por ejemplo, a la estrella invertida se la conoce como Baphomet (Satanás
bajo la apariencia de un chivo)
“Albert Pike enseñó su credo
satánico a muchos masones. Pero Bismarck y Mazzini fueron dos de sus más
ardientes estudiantes y lo pusieron en práctica en los niveles
encumbrados de la organización. El trío programó su implementación para
producir dos Guerras Mundiales (en la idea de que) luego de las mismas
‘el planeta ya estaría dispuesto a adorar a Lucifer como si fuera Dios’.
(Por supuesto, Dios está más allá de semejante cosa).
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