domingo, 26 de agosto de 2012

No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad.

  Uno de los mejores secretos guardados...

Hubo, un día, un Juez Garzón,
Garzón de la Garzonlera,
al que Felipe González
vino a nombrar “Juez Estrella”
por tener el caso GAL
guardado en una despensa,
mientras le hacía Ministro
de Justicia, por la buenas.
Fue un día a ver a Felipe
y se expresó a su manera:
--“Tengo un asunto entre manos
de operaciones secretas
que, si las saco a la luz,
puede que a ti te jodiera”.--
--“¿Qué me dices?... Presidente
yo soy de la España entera.
Yo soy persona intocable
y no tienes competencia”.--
--“Yo, no; pero sí el Supremo
puede llevarte a la trena,
si les paso los papeles
que escondo en una alacena.
Barrio Nuevo, tu Ministro,
su Secretario, un tal Vera
que con Amedo y Domínguez
fueron montando una Secta
que liquidan individuos
por si fueran de la ETA.
Es un asunto muy turbio;
pueden llover las condenas.
¿Qué me ofreces, si me callo?”.--
--“Ese asunto, ni lo muevas;
déjale en sueño del justo
escondido en la despensa
y estarás detrás de mí
en la Campaña, que empieza;
vas segundo por Madrid
y pide cuanto apetezcas”.--
Garzón se soñó Ministro
de Justicia justiciera
y soñaba nuevas leyes
favorables a la Izquierda;
pues, como buen progresista,
ve la Ley a su manera.
Quiso lucir en los mítines
como “Político Estrella”
y aburría a las palomas
con su insulsa verborrea.
Felipe ganó elecciones
y, en lugar de la Cartera
de Ministro, le donó
Secretaría y displicencia.
Enfurruñado, Garzón,
se marcha y vuelve a la Audiencia
e, impulsado por rencor,
desempolvó las carpetas.
Vino a parir “Caso GAL”
por su propia conveniencia
y en el Tribunal Supremo
se armó la “marimorena”:
Ministro y su Secretario
a la cárcel alcarreña
donde iban, de acampada,
los Diputados de Izquierdas
y jugaban, allí, al corro
con Doña Carmen Romera,
conyugue de Don Felipe,
como señal de protesta.
Por su Instrucción, a lo torpe,
salieron presos de ETA,
sin juicio, pasado el plazo
de prevención en las celdas.
Pretendió a Pinochet,
dictador a la chilena,
empadronar en la cárcel;
pero, aquella Dama Inglesa,
que los tenía cuadrados,
con la su mano derecha
le fizo la “butifarra”
y le devolvió a su tierra,
quedando, cual tonto el haba,
Garzón con la boca abierta.
Fizo muchas payasadas
por seguir de “Juez Estrella”.
Un día enseñó a Botín
una abultada carpeta
y le pidió subvención
para irse a la Américas;
cuando volvió, de forrado,
vino a romper la carpeta
pues siempre ha usado la Ley
en su propia conveniencia.
Citó en su Juzgado a Franco;
como Franco no viniera
pidió acta de defunción
para evitarle la trena.
Todas las cosas que hacía
fueron por seguir en Prensa
y empadronar en Portadas
de auténtico “Juez Estrella”.
Hoy, se repite parida
de “justicia Garzonlera
y sale Laureano Oubiña
de la cárcel, por la buenas.
El Fiscal, que reclamaba
otros ocho años de celda,
trece millones de multa
en una justa sentencia,
(pues, a más de vender Coca,
blanqueaba la moneda)
se queda patidifuso,
es decir, con boca abierta.
La Sala de lo Penal
ha estudiado las carpetas
que documentó Garzón
y solo encontró “miserias”.
La Instrucción que hizo Garzón
preñada de ineficiencia;
pues, saltándose la Leyes,
así, sin más, por la buenas,
le grababa, a contra Ley,
sus charlas y confidencias
por inventarle culpable
y solicitar condenas.
Descojonando de risa
está Oubiña en la escalera;
no dice si sube o baja;
de momento, va de juerga,
tras hacer la “butifarra”
al famoso “Juez Estrella”.
En misa y repicando,
cualquier sacristán quisiera;
si está arramplando millones,
puede dejar la Ley lesa.
Ricardo Portabales Jr.

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