viernes, 24 de agosto de 2012

¿ES RUBALCABA CULPABLE DEL ESPIONAJE AL PP?

El llamado caso Interligare tiene dos vertientes. La de la corrupción, con actos de cohecho de documentación falsa y, sobre todo, de una asombrosa cantidad de millones supuestamente robados a los contribuyentes por una panda de chorizos del Ministerio del Interior, dirigido por Rubalcaba.
Y otra que es la del espionaje a la sede del PP desde un piso alquilado casualmente enfrente de la calle Génova, en la sede del partido, donde supuestamente grababan y escuchaban las conversaciones de los dirigentes del partido que hoy gobierna España.
Es difícil creer que Rubalcaba se haya manchado las manos metiendo dinero en la caja y embolsándose unos milloncetes. El líder del PSOE jamás ha tenido ningún problema de ese tipo y su perfil parece la de un político honrado en este aspecto.
Pero el asunto del espionaje, aunque todavía está la investigación muy verde, tiene un tufillo que le va como anillo al dedo a Rubalcaba. Hay que recordar, y eso ya está archidemostrado, que la cúpula policial engañó vilmente al pobre Acebes tras el atentado del 11-M El Gobierno en pleno tenía la información de las investigaciones y todo apuntaba a que ETA era la responsable del brutal atentado. Y el entonces ministro del Interior comparecía cada media hora ante los medios para corroborar esa teoría.
Pero hay que recordar también que esa cúpula policial siempre ha tenido muy buenas relaciones con el actual líder del PSOE, por lo que muchos creen que el engaño se produjo para que el Gobierno cayera en la trampa y luego acusarle de mentir.
La teoría era muy sencilla. El Gobierno de Aznar apoyó, aunque por mucho que se diga jamás intervino militarmente en la guerra de Irak, por lo que la acusación de los socialistas era que el atentado se produjo por ese apoyo. De eso se sirvió Rubalcaba para acusar al Gobierno de mentir, porque todo el mundo sabía que si el atentado había sido cometido por los islamistas radicales, la victoria electoral del PP era harto difícil, pues la teoría de la responsabilidad del Gobierno en el atentado ya había sido profusamente aireada por los socialistas.
Y casualmente, el día 13, justo un día antes de las elecciones, se propagó y se confirmó que el atentado era obra de los islamistas asesinos. El Gobierno quedó en ridículo, Rubalcaba se hartó de decir que el Gobierno mentía y también se ocupó, como ahora, de movilizar a sus huestes contra el PP, rodeando sus sedes y acusando a Aznar y a sus ministros de asesinos.
Por eso, más de uno piensa que no sería de extrañar que Rubalcaba estuviera detrás de ese espionaje del que ahora se le acusa. Porque los juegos de policías, aparatos de escuchas y demás son una de las aficiones de Rubalcaba. Ya le espetó a un congresista del PP que lo sabía todo y lo escuchaba todo. Sería verdad. Porque Rubalcaba tiene unas antenas que se cuelan por todos los rincones. Sobre todo, por los de sus adversarios políticos.
Como es natural, todo esto habrá que demostrarlo, tendría que haber una Comisión de Investigación, Rubalcaba debería comparecer en el Congreso para dar las explicaciones pertinentes y, al final podría terminar en manos de un juez. Esperemos esas investigaciones y esa sentencia. Pero el tufillo de espía no hay quien se lo quite a Rubalcaba.

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