los 158 varones y 18 mujeres llegaron al mediodía al centro de santa lucía para comer
Se les transportó en 7 viajes y en grupos de 28 personas por un autobús blindado y entre un amplio dispositivo policial
La vieja cárcel de Pamplona ya se ha quedado vacía. Es historia. Los 176
internos, 158 varones y 18 mujeres, que se encontraban hasta ayer en el
centro penitenciario del barrio de San Juan de la capital navarra
fueron trasladados a primera hora de la mañana, en apenas cuatro horas y
media, a la nueva y sofisticada prisión ubicada en la colina de Santa
Lucía.
pamplona. Ya durante
el fin de semana se había llevado a cabo la mudanza de los enseres
personales que poseen los internos. Varios funcionarios de Instituciones
Penitenciarias ya llevaban trabajando varios días en la nueva prisión
familiarizándose con las nuevas instalaciones y los sistemas de
seguridad.
Además de los presos que fueron trasladados en un autobús
blindado de la Guardia Civil, por la noche se tenían que incorporar al
nuevo centro penitenciario aquellos internos que se encuentran
cumpliendo el tercer grado (les resta poco tiempo para salir en libertad
y solo regresan a la cárcel, en concreto al Centro de Inserción Social,
para dormir). Estos pueden compatibilizar trabajos, tareas de
reinserción u ocupacionales durante las horas que pasan fuera del centro
penitenciario. Además de los citados, también había algún interno en
situación de permiso penitenciario (que se solicitan para disfrutar
algún día con la familia o por motivo de algún acontencimiento especial)
y otro par de reclusos que estaban siendo tratados en el hospital de
sus respectivas dolencias y que todavía no han realizado la mudanza al
nuevo centro. Cuando se encuentren en perfectas condiciones, la harán
escoltados por la policía.
El traslado de los casi dos centenares de presos se produjo en
apenas cuatro horas, desde las 8 de la mañana, y en grupos de 28
reclusos. Ya esta noche han dormido por tanto los internos en las
publicitadas instalaciones, con capacidad para más de 1.200 internos y
que cuentan con unas condiciones de habitabilidad, sobre el papel, mucho
más óptimas. Las nuevas celdas son de 13 m2, frente a los 11 de los
actuales, con litera, estanterías de obras sin puertas, ventana al
exterior y un baño abierto con sanitarios metálicos En cada celda se
dispone de un interfono para que el interno pueda comunicarse
directamente con el puesto central.
A partir de ahora, se abre la incógnita y el debate político
municipal acerca del futuro que le espera a la antigua cárcel de
Pamplona, en un terrero al parecer anhelado para varios proyectos. Sin
embargo, todavía ninguna de las dotaciones que se presumen construir en
este emplazamiento ha sido todavía consensuada. A falta de definir el
proyecto, lo más seguro es que en septiembre se derribe la vieja prisión
para realizar un parking disuasorio o un parque debido a la
estrangulada situación económica que hace, por el momento, prácticamente
inviable crear otra dotación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario