¡NUNCA MÁS bancos PÚBLICOS! ¡Nunca más políticos y/o sindicalistas interviniendo en la gestión de empresas con fondos públicos!
El sacrificio de Rato da crédito a la reforma
SI MARIANO RAJOY dijo ayer que inyectaría dinero público en la banca si
llegara a una «situación límite», estamos muy cerca de alcanzarla. El
súbito abandono de Rodrigo Rato de la presidencia de Bankia y su no
menos fulminante sustitución por José Ignacio Goirigolzarri, uno de los
ejecutivos bancarios con más experiencia en el mundo financiero, indican
que el saneamiento de la banca española había encallado a pesar de los
esfuerzos de este Gobierno y del anterior. Y Bankia es la quilla rota de
esa embarcación varada.
El FMI emitió un informe hace unos días en el que instaba a una profunda
reforma del balance, la gestión y el gobierno corporativo de Bankia,
aunque no citara expresamente a la entidad. Y, sin duda, en esa
referencia al gobierno corporativo es donde está la clave de la
sustitución de ayer. Porque Bankia, la cuarta entidad financiera de
España, no lo olvidemos, es el reflejo de por qué todos los planes de
saneamiento iniciados en junio de 2009 con la creación del primer Fondo
de Reestructuración Ordenada de la Banca (Frob) apenas habían conseguido
dar su fruto. Si su objetivo fue poner a la banca en condicionesde dar
créditos, a la vista está que esos planes han fracasado. Es cierto que
hemos asistido a un gran proceso de fusiones, pero en la mayoría de los
casos sólo han surgido entidades mayores con los mismos problemas.
Bankia, pues, se crea por razones políticas y se busca a un político de
indiscutible prestigio en el ámbito económico, Rodrigo Rato, para que la
dirija. Caja Madrid se fusiona con la valenciana Bancaja no por motivos
financieros sino porque era otra caja de ahorros en la órbita del PP
con muchos problemas de morosidad. Por último, una vez realizada esa
integración, Rato no acepta una fusión con La Caixa, que hubiera sido
una salida lógica, también por razones ajenas al negocio bancario.
Además de estas operaciones, es notorio que Rato no ha conseguido
despolitizar tampoco la gestión de Bankia. Hay que reconocerle que en
dos años logró la integración en una entidad de siete cajas de ahorros
distintas y la salida a bolsa del nuevo banco, pero a la vista está que
eso no ha sido suficiente. Por ejemplo, mantuvo en el consejo de
administración del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz del
grupo, a muchos de los políticos, sindicalistas y representantes
sociales que ya estaban en Caja Madrid durante la etapa de Blesa.
Tampoco aplicó el mismo criterio de reducción de personal entre los
empleados de a pie que con los directivos de las cajas fusionadas. Hasta
el punto qu hoy en Bankia hay más del doble de ejecutivos que en La
Caixa, por ejemplo.
El frenético movimiento del fin de semana muestra que el Gobierno sí
parece dispuesto a culminar de una vez por todas la reestructuración del
sector. Hasta el punto de que ha sacrificado al referente del milagro
económico español de los 90. Rajoy hubiera tenido muy complicado
justificar las ayudas públicas a una entidad presidida por un egregio
militante del PP. Lo ha sustituido por un hombre de banca, con un gran
ascendiente en el sector, y que pidió «manos libres» para hacerse con la
entidad porque sabía dónde se metía. Goirigolzarri, que se fajó en la
fusión del BBV con Argentaria, tendrá la misión de limpiar los consejos,
la dirección, la gestión y el balance de Bankia hasta conseguir un
banco que funcione con criterios de eficiencia.
La defenestración de Rato, junto al anuncio de Rajoy de que habrá dinero
público para ayudar al sector hizo que la Bolsa registrara ayer la
mejor sesión del año, con subidas en los bancos -excepto Bankia-
superiores al 4%. Los inversores entendieron que, esta vez sí, puede ser
la definitiva. Porque no hay señal más elocuente que una cabeza insigne
cortada en el ara de la utilidad política.
epsimo y EL MUNDO
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