Seis de cada 10 euros se destinan a pagar nóminas públicas, paro y deuda
Los gastos por intereses llegan a 29.000 millones, casi el doble que al inicio de la crisis
Los pagos por los intereses de la deuda se convertirán este año en la
partida más importante de los Presupuestos Generales del Estado.
Alcanzarán los 28.913 millones de euros, casi el doble que en 2007
(15.946 millones) cuando comenzó la crisis económica. Según los datos
facilitados ayer por el Gobierno, este gasto representa casi el 25% del
presupuesto total en operaciones corrientes con un crecimiento del 5,3%
respecto al presupuesto inicial del año anterior.
Sin embargo, su incremento real es del 31% si se compara con la liquidación presupuestaria de 2011, que se aproximó a los 22.000 millones. Es decir, el Gobierno ha previsto que en 2012 estos pagos crecerán en unos 7.000 millones más.
Si a este capítulo se le suman los 27.338 millones de gasto de las nóminas de los empleados públicos, que crecen un 1,3% por el alza de las pensiones de los funcionarios, así como los 13.288 millones (un 15,6% menos que hace un año por el agotamiento de las prestaciones de muchos parados) destinados a cubrir el seguro de desempleo que no se puede abonar con cotizaciones, resulta que estos tres partidas se comen seis de cada 10 euros que tiene previsto gastarse la Administración Central en este año (113.870 millones).
Por tanto, el margen del recorte que ayer detalló el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sólo podía limitarse al gasto corriente de los ministerios, a las transferencias corrientes y de capital y sobre todo a la inversión pública.
Montoro rechazó la críticas de que estos Presupuestos, «de extrema austeridad», tengan como destino cumplir el objetivo de déficit comprometido con Bruselas y que perjudiquen las posibilidades de crecimiento de la economía española. «Estos Presupuestos garantizan que se perjudica menos al crecimiento porque hemos seleccionado las vías de ingresos y gastos para evitarlo», señaló.
Sin embargo, el ajuste del gasto se concentra en las partidas que más podían tirar del carro de la actividad en esta época de recesión. Por ejemplo, en las actuaciones de carácter económico se reduce el gasto una media del 17%.
Destaca el tijeretazo en I+D+i civil (-25,6%) y militar (-24,9%), los motores, junto a las infraestructuras (-22,1%), de un nuevo modelo de crecimiento. A ellos se añade el recorte del 32,3% en el ministerio de Industria y Energía y del 22,5% en actividades como el comercio y turismo. Sin embargo, el recorte en la alta dirección del Estado (altos cargos de la instituciones) es del 3,2%. Algo más bajo es por ejemplo la reducción de la asignación a la Casa Real (-2%).
Mientras el denominado gasto social, que incluye a las pensiones (su presupuesto aumenta un 3,2%), el fomento del empleo (cae un 21,3%), los servicios sociales (-15,7%) el acceso a la vivienda (-31,7%), o becas y ayudas a los estudiantes (-11,6%) tiene una dotación inferior de un 4,3% respecto al año anterior.
En cuanto a las pensiones, la novedad más importante es que el Gobierno no prevé incrementar la dotación del Fondo de Reserva de la Seguridad Social. Es la primera vez que sucede desde 1999 y se debe a que el Ejecutivo prevé cerrar las cuentas en equilibrio en el mejor de los casos frente al déficit en 2011.
En concreto, los presupuestos de la Seguridad Social estiman que en 2012, año en que el Gobierno prevé una destrucción de 631.000 empleos y un paro medio de al menos 5,6 millones, se producirá sólo un decrecimiento del 3,7% de los ingresos por cotizaciones (4.000 millones menos que en el año anterior). Mientras, los gastos por ejemplo de las pensiones contributivas crece un 2,9%.
Para intentar salvar las cuentas de la caja de las pensiones pública el Gobierno ha incrementado de golpe en 1.000 millones (frente a los 110 del anterior ejercicio) la aportación del Estado para el complemento de mínimos de las pensiones más bajas, que lleva más de 20 años dinamitando las cuentas de la caja de las pensiones. Este complemento se situará ahora en los 3.800 millones, prácticamente la mitad de su coste real que seguirá a cuenta de la Seguridad Social.
Sin embargo, su incremento real es del 31% si se compara con la liquidación presupuestaria de 2011, que se aproximó a los 22.000 millones. Es decir, el Gobierno ha previsto que en 2012 estos pagos crecerán en unos 7.000 millones más.
Si a este capítulo se le suman los 27.338 millones de gasto de las nóminas de los empleados públicos, que crecen un 1,3% por el alza de las pensiones de los funcionarios, así como los 13.288 millones (un 15,6% menos que hace un año por el agotamiento de las prestaciones de muchos parados) destinados a cubrir el seguro de desempleo que no se puede abonar con cotizaciones, resulta que estos tres partidas se comen seis de cada 10 euros que tiene previsto gastarse la Administración Central en este año (113.870 millones).
Por tanto, el margen del recorte que ayer detalló el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sólo podía limitarse al gasto corriente de los ministerios, a las transferencias corrientes y de capital y sobre todo a la inversión pública.
Montoro rechazó la críticas de que estos Presupuestos, «de extrema austeridad», tengan como destino cumplir el objetivo de déficit comprometido con Bruselas y que perjudiquen las posibilidades de crecimiento de la economía española. «Estos Presupuestos garantizan que se perjudica menos al crecimiento porque hemos seleccionado las vías de ingresos y gastos para evitarlo», señaló.
Sin embargo, el ajuste del gasto se concentra en las partidas que más podían tirar del carro de la actividad en esta época de recesión. Por ejemplo, en las actuaciones de carácter económico se reduce el gasto una media del 17%.
Destaca el tijeretazo en I+D+i civil (-25,6%) y militar (-24,9%), los motores, junto a las infraestructuras (-22,1%), de un nuevo modelo de crecimiento. A ellos se añade el recorte del 32,3% en el ministerio de Industria y Energía y del 22,5% en actividades como el comercio y turismo. Sin embargo, el recorte en la alta dirección del Estado (altos cargos de la instituciones) es del 3,2%. Algo más bajo es por ejemplo la reducción de la asignación a la Casa Real (-2%).
Mientras el denominado gasto social, que incluye a las pensiones (su presupuesto aumenta un 3,2%), el fomento del empleo (cae un 21,3%), los servicios sociales (-15,7%) el acceso a la vivienda (-31,7%), o becas y ayudas a los estudiantes (-11,6%) tiene una dotación inferior de un 4,3% respecto al año anterior.
En cuanto a las pensiones, la novedad más importante es que el Gobierno no prevé incrementar la dotación del Fondo de Reserva de la Seguridad Social. Es la primera vez que sucede desde 1999 y se debe a que el Ejecutivo prevé cerrar las cuentas en equilibrio en el mejor de los casos frente al déficit en 2011.
En concreto, los presupuestos de la Seguridad Social estiman que en 2012, año en que el Gobierno prevé una destrucción de 631.000 empleos y un paro medio de al menos 5,6 millones, se producirá sólo un decrecimiento del 3,7% de los ingresos por cotizaciones (4.000 millones menos que en el año anterior). Mientras, los gastos por ejemplo de las pensiones contributivas crece un 2,9%.
Para intentar salvar las cuentas de la caja de las pensiones pública el Gobierno ha incrementado de golpe en 1.000 millones (frente a los 110 del anterior ejercicio) la aportación del Estado para el complemento de mínimos de las pensiones más bajas, que lleva más de 20 años dinamitando las cuentas de la caja de las pensiones. Este complemento se situará ahora en los 3.800 millones, prácticamente la mitad de su coste real que seguirá a cuenta de la Seguridad Social.
epsimo y EL MUNDO
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