Llegaron a catalogarla como el «milagro chino» de Mancha Real.
Considerada por sus fundadores como la mayor fábrica europea de
televisores planos, EDM, siglas de la empresa Electronic Devices
Manufacturer, atrajo como un potente electroimán toda clase de
subvenciones. En apenas dos años de los tres que estuvo funcionando en
este municipio jiennense de 10.500 habitantes, la Junta de Andalucía se
volcó con ella dándole premios (Mejor Empresa de Nueva Creación de la
Consejería de Innovación en 2007), con visitas frecuentes de consejeros y
concediéndole 4,75 millones de euros en ayudas públicas.
Las últimas se aprobaron tan sólo dos meses y doce días antes de que
la compañía puntera en electrónica e informática se decidiera a echar el
cierre presentando un concurso de acreedores y dejando a deber hasta
nueve nóminas a sus 70 empleados.
El milagro resultó ser un bluff. Pero, siendo llamativa, la
relevancia de EDM radica no tanto en su efímera vida como en que recibió
1,56 millones del «fondo de reptiles» por partida doble, según denunció
ayer el secretario general del PP-A, Antonio Sanz.
De la riada de subvenciones que recibió desde 2007, 1,18 millones
fueron préstamos procedentes de un fondo opaco y discrecional que
manejaba la empresa pública Inversión de Capital Riesgo de Andalucía
(Invercaria), según puso de manifiesto una auditoría de la Cámara de
Cuentas que detecta un cúmulo de irregularidades tanto en el reparto de
los créditos como en sus contrataciones. En concreto, esta gestora
perteneciente a la Agencia IDEA le dio dos préstamos participados de
450.000 y 730.000 euros con siete días de diferencia (23 y 30 de julio
de 2008, respectivamente). Los «troceó» para evitar que la operación
tuviera que pasar por el filtro del Consejo de Gobierno, que debe
autorizar préstamos superiores a 1,2 millones, según indicó Sanz. Antes
de acabar el año, a pesar de que desde 2007 no registraba sus cuentas en
el Registro Mercantil, el 29 de diciembre de 2008, la Consejería de
Empleo le prestó otros 384.841 euros del «fondo de reptiles», esta vez
procedentes de la espinosa partida 31-L que investiga la juez, Mercedes
Alaya, dentro de las diligencias abiertas por el fraude de los
expedientes de regulación de empleo. El caso se ha saldado, hasta ahora,
con cerca 50 imputados, entre ellos, el director general de Trabajo,
Daniel Alberto Rivera.
Aparte, hay que sumarle otros 3,19 millones que desde 2007 la
Consejería de Empleo le fue inyectando a través de incentivos para
financiar la contratación y los sueldos de trabajadores (está catalogada
por la Junta como centro especial de empleo porque la mayoría de su
plantilla tiene alguna discapacidad). Las ingentes ayudas públicas
cayeron en un pozo sin fondo, pues la empresa, que nació en julio de
2006, suspendió pagos el 10 de marzo de 2009, siete meses y medios
después de haber recibido los tres préstamos (1,56 millones) de
Invercaria y de la Agencia IDEA.
El caso de EDM es paradigmático de la fórmula caótica y arbitraria
con que se distribuyeron fondos a través de ambos entes de la Junta.
Para el número dos del PP-A, la Agencia IDEA, la «banca privada al
servicio del PSOE», se valió de Invercaria, «al igual que con el “fondo
de reptiles” de los ERE, para otorgar dinero público sin control, de
manera discrecional, sin procedimientos y saltándose los principios de
publicidad, transparencia, libre concurrencia, igualdad y no
discriminación». En realidad, señaló, Invercaria se valió de un «segundo
“fondo de reptiles” que se venía a sumar al primero», vinculado a los
ERE. Como publicó ayer ABC, Sanz destacó que el Consejo de Gobierno
decidió en mayo de 2007 excluir a Invercaria del control de la
Intervención.
Alerta Digital
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