Los internos de la prisión de Jóvenes de Quatre Camins, en La Roca
del Vallés (Barcelona), protagonizaron el pasado miércoles un plante en
el patio y otro en el comedor porque no funcionaba el canal de fútbol de
pago de Canal+.
Según ha explicado el portavoz del sindicato de la Central Sindical
Independiente y de Funcionarios (CSIF), Cristian Pérez, el incidente se
produjo cuando los jóvenes internos hicieron “dos plantes, que son como
premotines” al ver que no funcionaba el canal televisivo de pago y
creyeron que se les había suprimido.
El departamento de Justicia de la Generalitat ha confirmado el
incidente, aunque lo ha calificado como “una queja de los internos”, al
tiempo que ha asegurado que el Canal+ de la prisión de jóvenes ha
sufrido un problema técnico que esperan resolver la próxima semana.
Los prisioneros organizaron un primer plante en el patio del módulo 4
el miércoles por la mañana y otro por la tarde en el comedor del módulo
2, según Pérez, que ha explicado que los incidentes se resolvieron
mediante la intermediación y finalmente los reclusos accedieron a entrar
a cenar.
El detonante del malestar de los jóvenes fue, según el sindicalista,
que no funcionaba el canal de pago que transmite los partidos de fútbol y
que fue interpretado por los internos como un recorte de gasto por
parte de la dirección.
Este hecho motivó, según Pérez, que el jueves al mediodía se
produjera una pelea multitudinaria entre los internos, entre los que
consideran que se tenía que mantener y los que no lo querían.
Fuentes del departamento de Justicia han confirmado que las prisiones
catalanas disponen del canal de pago de Canal+ y que no se han
planteado eliminarlo porque el gasto es menor y lo consideran
beneficioso para la población penitenciaria, que en Cataluña supera los
10.500 internos.
Cristian Pérez ha denunciado que la conflictividad dentro de las
cárceles catalanas es cotidiana y a menudo se suceden las agresiones a
los funcionarios.
La última agresión se produjo ayer mismo en el centro penitenciario
de Brians-2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), cuando un interno
quiso quedarse tumbado en la cama de la celda y no quiso enseñar su
rostro a una funcionaria.
Aunque los presos tienen derecho los fines de semana a escoger entre
salir al patio o quedarse en sus celdas viendo la televisión, el recluso
hizo caso omiso a la petición de la funcionaria, que quería certificar
que se encontraba bien.
Ante la actitud del prisionero, la funcionaria avisó al jefe de
unidad y cuando este acudió, el recluso agredió a la mujer propinándole
un golpe que le abrió la ceja.
Cristian Pérez ha explicado que cuando el agresor fue trasladado al
departamento especial “se volvió a rebotar y agredió a otros dos
compañeros”, a uno de los cuales propinó un puñetazo en la cabeza y a
otro una patada en las costillas.
Los tres funcionarios necesitaron asistencia sanitaria en la mutua,
“aunque se encuentran ya bien”, mientras que el interno fue trasladado a
un módulo de aislamiento.
El departamento de Justicia ha confirmado el incidente y lo ha
calificado de “hecho puntual” que se enmarca en la conflictividad que
puede plantear un colectivo de 10.500 reclusos.
Sin embargo, el representante de CSIF ha afirmado que las agresiones y
los incidentes son cotidianos y habituales y que la administración
siempre trata de minimizarlos.
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