El padre de los niños de Córdoba se encarga de la limpieza de su zona y le facilitan utensilios personales
José Bretón, encarcelado en Alcolea (Córdoba) desde el 21 de octubre por la desaparición de sus hijos Ruth y José, permanece desde ese día incluido en el protocolo de prevención de suicidios (el conocido como PPS), por orden del juez instructor. Se trata del régimen más duro en prisión, de ahí que la dirección de la cárcel haya decidido suavizarle un poco más sus condiciones de vida, según ha podido saber ABC.
Bretón
ocupa una celda del módulo de ingresos en Alcolea y permanece las 24
horas con presos de apoyo (uno de día y otro de noche), tal y como marca
el protocolo para evitar que atente contra su integridad. Hace 14 años
intentó quitarse la vida, según declaró él mismo y consta en el
procedimiento. A esa vigilancia se le suman otras condiciones. Hasta
ahora permanecía todo el tiempo completamente desocupado, sin otra
actividad que leer o ver la televisión, comiendo en su celda y sin
compartir zonas comunes, salvo un rato de patio con muy pocas personas y
en función de la disponibilidad de los funcionarios.
Ahora, se le ha encomendado la limpieza de su zona, una pequeña área del módulo de tres o cuatro celdas que le mantendrá algo más activo, o mucho,
teniendo en cuenta su obsesión por la pulcritud. Hasta ahora ese
trabajo lo hacían sus presos de apoyo. Asimismo, se le han facilitado
cubiertos menos endebles que los que usaba que, sin llegar a ser
metálicos, al menos no se parten con tanta facilidad y de los que se
había quejado con frecuencia e incluso les había achacado parte de su
falta de apetito.
Una inteligencia de 121
Su mayor queja en
cuanto a utensilios se centraba en el cepillo de dientes. El habitual en
ese estricto régimen carcelario no tiene mango para evitar que el
interno pueda fabricarse un «pincho», y esa dificultad añadida para su
higiene contrariaba profundamente al atildado preso que no toca nada con
las manos sin haberlo limpiado antes. Son, de momento, las concesiones
que va a tener después de que el juez decidiera el miércoles prorrogar
el secreto del sumario y dar a conocer a las partes solo los informes
psiquiátricos y psicológicos.
Dichos informes reflejan, como avanzó ABC, que el padre de Ruth y José no sufre ningún trastorno de la conducta ni
enfermedad mental, tiene una inteligencia de 121, y es una persona
«manipuladora» y autoritaria, entre otros rasgos. Bretón ha reaccionado
con «absoluta normalidad» después de que se conozcan esos datos, según
fuentes de la prisión.
Afectado pero no hundido
«No le han hecho
mella» y eso que los ha seguido a través de los medios de comunicación.
Sí le está empezando a pesar, en cambio, el tiempo transcurrido entre
rejas. La psicóloga que lo visita con regularidad ha señalado que está
más «afectado» que cuando ingresó, aunque en ningún modo «hundido».
El
juez de Vigilancia Penitenciaria también se ha entrevistado con el
interno en un par de ocasiones y ha pedido informes sobre su evolución,
después de que Bretón denunciara que se sentía torturado en la cárcel
por el duro régimen que se le impuso. El juez no ha apreciado ningún
elemento anómalo. Su abogado José María Sánchez de Puerta ha anunciado
que mientras persista el secreto del sumario no recurrirá la prisión de
su cliente, acusado de dos delitos de detención ilegal cualificada y
otro de simulación de delito.
ABC
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