En este sentido, Claudio Esteban ha relatado que fue sobre las 18,30 horas de este lunes cuando los funcionarios sospecharon de que este interno de 20 años de edad, identificado como Francisco G.L., podría guardar en su celda del módulo II de cumplimiento un 'pincho' de fabricación casera, por lo que fueron hasta la celda al objeto de efectuar un cacheo.
Una vez allí, los funcionarios pudieron comprobar la existencia de un agujero en la pared de la celda, el cual estaba oculto por un poster. El objetivo del interno, una vez hizo el agujero con la pata de una mesa, era salir al pasillo y, posteriormente, romper los barrotes de la ventana ubicada al final del pasillo, acceder a un tejado y, desde allí, salir de la prisión por uno de los muros.
Claudio Esteban ha informado de que, en caso de que el intento de fuga no fuera posible, la intención del preso --que cumplía una condena de seis meses a la que tenía que sumar otros nueve meses de prisión por otra causa distinta--, era la de llamar a los funcionarios y utilizar el 'pincho' de fabricación casera para amenazar y secuestrar a alguno de ellos. Tras estos hechos, el preso se encuentra en aislamiento preventivo pero continuo, habiéndose solicitado además su traslado a otra cárcel.
Funcionarios de Sevilla I logran abortar la fuga de un interno
CSIF denuncia la falta de medidas de seguridad y el riesgo para los trabajadores de la prisión por la reducción de la plantilla.
El nuevo intento de fuga se produjo sobre las 18:30 horas de ayer cuando el recluso Francisco G. L., de 20 años, arrancó la pata de una mesa con la que hizo un agujero en una de las paredes de su celda, al igual que ocurrió en la fuga que se produjo en febrero de 2010. El recluso había tapado la pared con un poster y su intención era, una vez fuera del módulo II de cumplimiento –donde estaba internado-, escapar por una ventana del mismo y acceder al techo para, a continuación, salir de la cárcel por uno de los muros, según informaron a este periódico fuentes del caso.
Las mismas fuentes precisaron que, de no lograr este propósito, el individuo tenía previsto secuestrar a algún funcionario, para lo cual iba provisto de un “pincho” de fabricación casera para amenazar a los trabajadores de la prisión. Sin embargo, la rápida actuación de los funcionarios de Sevilla-I, que sospecharon de inmediato de que podía estar produciéndose una fuga, evitó la misma y permitió la captura del interno.
Francisco G. L. estaba un cumpliendo una condena de seis meses, aunque tenía otras causas pendientes y recientemente se le había acumulado para su cumplimiento otra condena de nueve meses. Tras su captura, está en un módulo de aislamiento.
El coordinador de prisiones del sindicato CSIF, Claudio Estebán, denunció ayer tras este nuevo intento de fuga la falta de medios de los funcionarios que trabajan en la cárceles sevillanas, dado que en esta ocasión el preso tenía incluso previsto secuestrar a algún funcionario de prisiones si no le salía bien su plan de fuga. El representante sindical reclamó “mayor seguridad y más medios” para los funcionarios, entre los que destacó la necesidad de incrementar los aparatos de comunicación para los trabajadores, así como chalecos “antipinchos”.
Claudio Estebán recordó que en los últimas semanas también se abortó un intento de secuestro de funcionarios en la cárcel de Sevilla-II, en Morón de la Frontera, por lo que denunció la “escalada de violencia” que se está produciendo en las prisiones sevillanas y españolas, algo que achacó además de esa falta de medidas de seguridad a la reducción de las plantillas de funcionarios. “Este año se han convocado sólo 60 plazas de funcionarios de Instituciones Penitenciarias para toda España, lo que no cubre las vacantes que se producen en la plantilla y hace que la ratio de funcionarios por preso haya descendido del orden del 25%”, aseveró Claudio Esteban.
El intento de fuga de ayer en la cárcel de Sevilla-I recuerda a la huida que se produjo el 4 de febrero de 2010 a través de los tejados de la prisión, a los que dos reclusos accedieron después de reventar una ventana forzándola con un somier. Uno de los internos huidos fue Rafael Hidalgo Castro, el Rafi, de 28 años, considerado un preso especialmente peligroso y acusado de un crimen cometido en la localidad cordobesa de Bujalance en noviembre de 2008, además de contar con una condena de 7 años, 6 meses y 12 días en vigor por varios delitos de robos con fuerza. El otro recluso fue un joven marroquí de 22 años, Mohamed Larbi Elimlami, que cumplía una condena de 3 años y 6 meses por un robo con violencia y estaba en situación de preventivo por otro robo. Los dos individuos fueron capturados poco tiempo después en Cataluña.
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