El Partido Socialista comienza a oler a descomposición y vuelan ya las dagas.
ZAPATERO defendió ayer ante la dirección de su partido la misma posición que mantuvo en la noche electoral: hay que agotar la legislatura y abrir cuanto antes un proceso de primarias para elegir candidato, pasando la página del batacazo en las urnas. Esta posición fue expresada con meridiana claridad por José Blanco, que fingió ignorar la gravedad de los resultados y aseguró que el presidente seguirá al frente del Gobierno hasta marzo. Según sus palabras, «la enorme responsabilidad» de continuar las reformas «está por encima de cualquier reacción emocional».
Blanco se equivoca porque quienes piden un adelanto electoral no están siendo víctimas de una «reacción emocional», como él dice, sino que están haciendo un análisis objetivo de la situación en la que ha quedado Zapatero tras la debacle del domingo. La fuerte derrota sufrida por el PSOE es un voto de castigo al presidente que le inhabilita para seguir en unos momentos en los que España atraviesa la crisis económica más profunda de su historia reciente.
Los mercados dictaron también su veredicto al elevar la prima de riesgo con el bono alemán a 254 puntos, el nivel más alto desde enero, en un contexto de serias dudas sobre la capacidad de la economía española para hacer frente al fuerte endeudamiento público y privado. Ayer mismo, las grandes empresas pidieron al presidente que reforme la negociación colectiva o que disuelva las Cámaras. En el mismo sentido, Rajoy subrayó que este país «no está en condiciones» de aguantar 10 meses sin elecciones.

De hecho, la lucha por la sucesión comenzó ya ayer con la advertencia de Trinidad Jiménez -muy próxima tanto a Zapatero como a Rubalcaba- a Carme Chacón: «El Gobierno es algo coral. Todos estamos en la misma situación». Y eso que la ministra de Defensa y eventual candidata sólo había pedido una «reflexión» sobre el desastre electoral.
Siempre hemos dicho que las primarias son el procedimiento más democrático para elegir a los candidatos de los partidos. Pero ello sólo vale si se respetan los procedimientos y hay igualdad de oportunidades. Lo que el aparato del PSOE plantea es un simulacro para que Rubalcaba pueda ser la alternativa a Rajoy en las elecciones. En esa clave hay que interpretar el reproche de Trinidad Jiménez a Chacón.
Pero el principal problema de Zapatero es ahora su fuerte derrota, que le deja en una situación de debilidad para resolver los problemas de su partido y afrontar la crisis económica. Ello se agravaría todavía más en una situación de bicefalia con Rubalcaba como candidato.
A todo esto se suma que el presidente tendrá que pactar de ahora en adelante las decisiones sobre recorte de gasto con una gran mayoría de comunidades y ayuntamientos gobernados por el PP, con los que difícilmente puede llegar a acuerdos, aunque sólo sea por los gravísimos problemas de financiación que ya tienen.
En estas condiciones, lo lógico y lo coherente es que Zapatero antepusiera los intereses de la nación a los de su partido. Pero no parece que tenga intención alguna de adelantar las elecciones, entre otras razones porque todo indica que no se quiere dar cuenta de que es ya un cadáver político para muchos dentro y fuera de su partido.

A buen seguro, uno de los factores que han contribuido al abultado resultado electoral de Bildu tiene que ver con la sensación de muchos de sus votantes de disfrutar de lo prohibido, tras casi una década en vigor de la Ley de Partidos, eficaz instrumento del Estado de Derecho que tanto daño ha hecho a los proetarras. Paradójicamente, esta Ley ha sido desacreditada por algunos de sus promotores -con descalificaciones del propio Zapatero durante el proceso de paz, y más recientemente desde la dirección del PSE o del PSC-, lo que de algún modo se ha traducido en una invitación a la transgresión contra un Estado tan fuertemente cuestionado por una parte de la sociedad vasca. Bildu también ha recabado el apoyo de muchos ciudadanos por la expectativa del fin del terrorismo. Sin embargo, ETA sigue activa y sobran los motivos para creer que está tutelando el proceso político en marcha. No pueden ser más reveladoras -y espeluznantes- las declaraciones que hoy hace a EL MUNDO Martín Garitano, número uno de Bildu en Guipúzcoa, quien asegura que «ETA es un agente político» que ha decidido apostar por «el alto el fuego». Ni se puede admitir que se califique de «organización política» a una banda con más de 800 asesinatos a sus espaldas, ni de sus palabras se desprende otra cosa que connivencia pura y dura.
Como si de justicia poética se tratara, en el terreno político los más perjudicados han sido los socialistas, justo quienes más se empeñaron en que los proetarras pudieran colarse en las instituciones. El PSE cosechó el domingo el peor resultado de su historia por la gran abstención en sus filas, algo que deja muy tocado al propio lehendakari. La debilidad del PSE va a ser aprovechada por el PNV, que ayer no descartó «ninguna» alianza para intentar gobernar en el máximo de instituciones. Pese a su descalabro en Álava y Guipúzcoa, y ante el temor de ver cómo Bildu le disputa la hegemonía en el nacionalismo, el PNV explotará aún más su rol de sostén del Gobierno central, que tantas prebendas le reporta. Al partido de Urkullu no le interesa un adelanto de las elecciones generales, convencido de que ganará con mayoría absoluta el PP, y para evitarlo seguirá haciendo el boca a boca a Zapatero, puenteando con descaro al lehendakari.
Aún es pronto para calibrar en toda su dimensión qué efectos tendrán los resultados de Bildu. Pero está claro que España va a tener que hacer frente al cada vez mayor desafío independista, paradójicamente revitalizado por quienes deben velar por la democracia y la unidad de la Nación.
epsimo y EL MUNDO_________________
El día después: Bildu y la economía
EL PRISOE NO SABE NI ATRIBUIR EL MOTIVO DE SU DERROTA, Y NO ES OTRO QUE:
La culpa es de Merkel que arrojó a ZP a los mercados, esos ogros
A la cola en empleo y educación, pero la mitad de los españoles son felices
La mitad de los ciudadanos confía en las instituciones políticas. La OCDE pide "fortalecer las políticas para combinar empleo y familia"
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Gracias a la política desnortada y aventurerista de Zapatero, el segundo gran vencedor de las municipales, tras el PP, ha sido Bildu. La Historia le pasará factura al líder socialista por su disparatada gestión en una región en la que no se vota libremente porque el pueblo vasco padece bajo la dictadura del miedo.
Ignacio Camacho ha publicado un gran artículo en la tercera de ABC: “La demolición de un liderazgo”. “Los herederos de Batasuna -escribe- constituyen de hecho un partido antisistema al que las elecciones han otorgado una cuota de poder municipal y foral que amenaza con desestabilizar statu quo de Euskadi ”. Y ello ha ocurrido, por obra y gracia de Zapatero, “sin que se produzca el desistimiento de las armas y sin condenar el terrorismo”. Las consecuencias, a parte la brutal ofensa a las víctimas, son que “el Gobierno constitucionalista de Patxi López” ha quedado “a los pies de sus adversarios”; que se ha retrocedido “una década en la resistencia democrática contra el terror”, y que, según Ignacio Camacho, todo ello “constituye quizá el más infame y peligroso legado del buenismo socialdemócrata que ha caracterizado el mandato presidencial de Zapatero”.
No se pueden decir las cosas más claras. El cataclismo general del zapaterismo en las municipales ha difuminado la significación de su terrible error histórico al organizar toda la maniobra de Bildu e instruir al Tribunal Constitucional para que legalizara a la coalición proetarra en el último minuto y de penalti. Y ahí están los resultados, ahí está la terrible herencia zapatética: Eta en las instituciones y Euskadi al borde del colapso.
de la Real Academia Española
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