Profundo malestar en la Guardia Civil

epsimo
Mocho-Méndez le insta a rectificar y le acusa de haberse dejado llevar por «el pánico»
Zapatero no va a volver a ser lo que era
A FALTA de díez días para la huelga general, Cándido Méndez, secretario de UGT, realiza hoy una dura crítica en nuestras páginas al presidente del Gobierno. «Zapatero debe dimitir de su actual avatar, de su reencarnación», dice. Méndez sostiene que «ha pasado de pensar que la política lo podía todo a creer que la política no puede nada». Y afirma que se ha dejado llevar por «el pánico» que crearon los mercados. Méndez se equivoca: Zapatero tuvo que rectificar porque su política, apoyada por los sindicatos, llevaba a España a una debacle económica. Pedir a Zapatero que vuelva a ser lo que era hace seis meses es defender recetas que colocaron a España al borde de los cinco millones de parados con un endeudamiento público y privado insostenible. Por tanto, la huelga no va a conseguir que vuelva el antiguo «avatar» de un Zapatero que ha tenido la lucidez de rectificar, aunque sea a la fuerza.
Afortunadamente  para los organizadores, los dirigentes de las centrales sindicales UGT,  Cándido Méndez, y CCOO, Ignacio Fernández Toxo, se incorporaron al  final de la manifestación.
Porque su llegada no fue  precisamente bien recibida entre los manifestantes. Fue Toxo quien llegó  el primero ante la Dirección General de la Guardia Civil. Y fue  recibido, por un reducido grupo, con gritos de «fuera, fuera». Apenas  unos minutos después llegó Cándido Méndez, que también tuvo que escuchar  pitos, pero, como ya habían comenzado las intervenciones, pasaron más  desapercibidos.
Los organizadores contaban con que ambos  dirigentes cerraran el acto, la primera gran manifestación de guardias  civiles por las calles de Madrid. Pero, ante la posibilidad de que se  produjera un efecto eco, que cuando ambos subieran al estado fueran  abucheados de forma mayoritaria, se optó por que fuera el líder de AUGC,  Alberto Moya, quien cerrara con sus palabras la convocatoria.
Tanto Toxo como Méndez encajaron con fair play  estos pequeños abucheos y defendieron que cada uno pueda expresarse  como considere, pero que ellos estaban allí porque los guardias civiles  son también un colectivo de trabajadores y que, como tal, también tienen  sus derechos. Los organizadores se esforzaron por arroparles en esos  momentos. De hecho, uno de los históricos dirigentes del asociacionismo  en el Instituto Armado, el sargento Morata, abrazó con efusividad a  ambos dirigentes a su llegada.
Recuerdan desde las  asociaciones convocantes que el apoyo que han tenido siempre por parte  de las centrales sindicales ha sido muy importante y clave a la hora de  avanzar en sus reivindicaciones profesionales. Añaden que, de hecho, en  todas sus actuaciones públicas han contado siempre con la presencia de  representantes de los sindicatos, fundamentalmente de Comisiones  Obreras.
Las referencias a la huelga general del día 29, pese a  no intervenir los líderes de UGT y CCOO, no quedaron en el olvido. De  ello se encargó el líder de IU Cayo Lara, quien recordó que estaba para  apoyar a los trabajadores y que el día 29 se debe de apoyar al resto de  trabajadores. «Se preguntarán qué hace un rojo defendiendo a la Guardia  Civil», ironizaba Lara, quien convocó a los agentes a que participen «de  corazón» en la jornada de huelga general, ya que los guardias civiles  no tienen reconocido el derecho de huelga.
Desde la Unión de Guardias Civiles, Manuel Mato también hizo un recordatorio a los guardias civiles de que el próximo día 29 la protesta será del resto de trabajadores de España ante la reforma laboral que recorta claramente sus derechos.
EL MUNDO________________________
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