Estos macrosindicatos generalistas tenían su propia agenda. Su intención era convertir la huelga en un preámbulo de la huelga general y demostrar al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero que tenían la suficiente fuerza como para imponer sus condiciones en el diálogo social. Las Federaciones de Servicios Públicos de UGT y CCOO fueron apartadas sistemáticamente de la organización de las manifestaciones del mismo modo que intentaron marginar al resto de sindicatos. Como siempre, han vuelto a sacrificar los intereses de los funcionarios a favor del grueso de sus afiliados del sector privado.
“Los empleados públicos nos negamos a ser moneda de cambio en cualquier negociación de la reforma laboral”
Los 2,5 millones de funcionarios y empleados públicos y nuestras familias merecíamos algo más que ser el segundo plato en nuestra propia movilización en la capital del estado. Ahora nos preguntamos si los dirigentes de UGT y Comisiones hubieran ido a la huelga si, al día siguiente de que Zapatero anunciase los recortes, éste les hubiera dado lo que querían para lostrabajadores del sector privado».
Ante la pretensión por parte de CC.OO y UGT de utilizar la manifestación del día 8 de junio en Madrid, día de la huelga de los servicios públicos en España, para intereses distintos a la defensa de los Empleados Públicos, CSI-F da por finalizado el diálogo con estas organizaciones. La postura de estos sindicatos es completamente inadmisible. Llevan años callados, siguiéndole el juego al gobierno, alimentándose de sus cuantiosas subvenciones y encima, pretenden utilizarnos nuevamente como moneda de cambio para otros intereses
Veánse nuestras pancartas.
EN ESTE SECTOR A.G.E. TENIAMOS MUY CLARO LO QUE DEFENDIAMOS.
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