miércoles, 21 de abril de 2010

Funcionarios de A Lama alertan de que cada vez sufren más agresiones de presos

Hay más de 1.800 internos, lo que da al penal un índice de ocupación del 180%

B. MÁRQUEZ - PONTEVEDRA Pionero en la puesta en marcha de módulos convivenciales; – el último se abrió en enero de este año y es de mujeres–; innovador en programas terapéuticos, de inserción social y atención mental y prolífico en actividades de formación, culturales y deportivos, el centro penitenciario de A Lama, sin embargo, adolece de un mal común a otros muchos penales españoles: la masificación. Precisamente a esta masificación, y al creciente número de reclusos con trastornos psiquiátricos, atribuyen los funcionarios del penal pontevedrés el hecho de que “cada vez sufrimos más agresiones e incidentes a manos de los presos”, indican fuentes internas de la prisión que recuerdan que “tenemos algo más de 1.800 internos, dos por celda, cuando la cárcel estaba pensada para una población ideal de 1.008, lo que complica su control”.
Esta disparidad entre población ideal y real sitúa en un 180% el índice de ocupación del centro penitenciario.
La última memoria anual de A Lama, correspondiente al año 2009, recoge que a 1 de enero había en la prisión pontevedresa 1.916 internos, de los que un centenar eran mujeres. Esta cifra se había reducido en 133 personas a 31 de diciembre, tras una sucesión de altas y bajas (ingresos y salidas) registradas a lo largo del año, entre las que hubo 856 bajas por libertad.
El balance que hace Instituciones Penitenciarias presume de que en 2009 “se ha conseguido mantener un nivel estable de faltas disciplinarias en un escenario de incremento de la población interna así como un notable reducción en los incidentes muy graves y graves”. Un hecho que la dirección de la cárcel vincula directamente al “éxito” de los módulos convivenciales (cinco y la mitad del único de mujeres) y a la oferta y calidad de las actividades y programas de tratamiento.
En el centro penitenciario se registraron un total de 994 faltas disciplinarias, de las que 326 fueron catalogadas de muy graves; 657 de graves y 11 como leves.
Esta cuantificación estadística es cuestionada por algunos funcionarios adscritos al servicio de vigilancia interior que hablan de burlas, enfrentamientos verbales, empujones cuando no agresiones de los internos hacia ellos cuando intentan evitar peleas o broncas entre distintos reclusos, a la hora de hacer registros o cuando les llaman la atención por incumplir el régimen penitenciario.
“Por ejemplo hace unos días pegaron con un palo a un campañero y acorralaron a otro, sin que pasase el susto a mayores” explica un funcionario que teme que lleguen a interiorizar estas situaciones como “algo normal”.
El grueso de los internos del centro penitenciario de A Lama cumplen condena, siendo poco más del 10% (186, según el balance anual de 2009) los que están catalogados como “preventivos”.
Pontevedreses
Entre los algo más de 1.800 reclusos que tiene la cárcel de Pontevedra, un centenar son mujeres. Todas ellas comparten un único módulo que, a raíz de la apertura de un área convivencial femenina, ha quedado dividido en dos.
Por otra parte, si se analiza el perfil biográfico de los presos de A Lama se constata que 766 (o lo que es lo mismo el 42% del total de la población reclusa) son naturales de la provincia de Pontevedra. Junto a ellos conviven entre 480 y 500 presos originarios de otros puntos de la geografía española y 564 extranjeros.
Faro de Vigo ________________

Instituciones Penitenciarias calcula que los primeros reclusos podrían entrar en la prisión dentro de dos años. Un informe de la Siep mantiene que la nueva ...
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